Estupefacto leo los criterios utilizados para la adjudicación de destinos que provee una oposición para técnico superior del cuerpo de inspectores de tributos convocada el pasado 31 de marzo por la Consejería de Hacienda de la Comunidad Valenciana, que son los siguientes:
 
            “La adjudicación de destino se hará según el orden de puntuación que se hubiese obtenido por aplicación del baremo señalado en la base cuarta. Cuando de la aplicación del baremo previsto resulte empate entre dos o más aspirantes, el puesto será adjudicado al aspirante más antiguo en el cuerpo, y a igual antigüedad, habida cuenta [de] que en el Cuerpo Superior técnico de Inspectores/as [sic] de Tributos el sexo masculino es el infrarrepresentado, el empate se dirimirá adjudicando el puesto al candidato de dicho sexo. De persistir el empate se resolverá atendiendo al criterio de estricto orden alfabético del primer apellido de los funcionarios en cuestión, tomando para ello el apellido que a tal fin se insacule”.
 
            La verdad es que uno no sabe por dónde empezar: ¿por los errores sintácticos, por ejemplo? ¿Qué tal “habida cuenta DE que”, en vez de “habida cuenta que”? Lo de inspectores/as me parece una sandez como un piano, pero puestos a ello ¿por qué no adjudicado/a, antiguo/a, candidato/a, funcionarios/as, y ya del tirón, aspirantes/as?
 
            Lo de la adjudicación al hombre y no a la mujer porque ya hay más mujeres en el servicio en cuestión, penoso, sencillamente penoso. Alguien pensará que dado que soy hombre y todo lo que he escrito en contra de la discriminación a favor de las mujeres, la medida adoptada por la Comunidad valenciana pudiera parecerme bien, pero la presente me parece una ocasión maravillosa de proclamar que lo contrario de la discriminación en favor de la mujer no es la discriminación en favor del hombre, es la NO discriminación. O mejor dicho todavía, que la discriminación a favor de las mujeres no se combate con la discriminación a favor de los hombres, sino con la NO discriminación. Que para elegir a una persona para un puesto haya que mirarle al sexo, y que eso sea de lo que alardea el progresismo del momento, me parece de lo más horrible que ha podido parir un siglo 21 que, definitivamente, se ha quedado sin ideas.
 
            Y lo de la elección en función de la letra con la que empieza el apellido “insaculado”… en fin… de verdad… no tengo palabras… no sé si existen para tanta estulticia en la rica lengua española…
 
 
            ©L.A.
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