Hoy, 2 de abril, hace nueve años que el gran santo Karol Wojtyla subió a los altares del Cielo.
Recuerdo lo que, a propósito de Juan Pablo II y del Padre Pío, uña y carne en la tierra y ahora en el Cielo, me contaba don Gabriele Amorth en Roma, exorcista oficial del Vaticano. Cierto día, mientras don Gabriele veía a Satanás retorcer sin piedad el cuerpo de un endemoniado en su sala de exorcismos, le preguntó por qué lo hacía cada vez que invocaba a Juan Pablo II y al Padre Pío: "Porque son dos grandes santos", contestó el demonio, quien, pese a ser el padre de la mentira, dice a veces la verdad.
He leído un libro que muy pronto se publicará en España y que a buen seguro provocará un terremoto de ocho puntos en la escala de Richter en los lectores. Se titula La monja que salvó a Juan Pablo II, de la vaticanista Cristina Siccardi. Uno de los libros que más me ha impactado en los últimos años. Descubre un montón de secretos entre Juan Pablo II y el Padre Pío. De momento es todo lo que puedo decir...
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