«En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre»  (Mt. 7,7 s.)

Quiero que hoy hagas un examen detenido en la presencia de Dios. Toda oración debe ser examen. Verme con los ojos de Dios.

 

Recoge tu alma en el silencio. Y allá, en el sagrado recinto de tu vida interior donde debe habitar Dios, piensa:

 

Pedid y se os dará»: ¿Pido yo al Señor? ¿Muchos días? ¿Muchas veces?. ¿Qué le pido? ¿Lo que yo quiero o lo que a Él le gusta? ¿Qué se haga su voluntad o la mía? ¿Pido santidad? ¿Pido fidelidad? ¿Pido hambre de Dios? ¿Pido por los demás? ¿Pido por la Iglesia? ¿Pido por los sacerdotes? ¿Pido por la inocencia de los niños? ¿Pido por la honradez de los mayores? ¿Pido por los más cercanos? ¿Pido por los más alejados? ¿Me acuerdo de los que me hablaron y me hablan de Dios? ¿Pido por los jóvenes para que sean valientes? ¿Pido por los padres para que tengan generosidad? ¿Pido por los obispos para que tengan autoridad? ¿Pido por los enfermos para que tengan paz? ¿Pido por...? bueno, tú ya sabes por quién te digo. Pídele al Señor que te enseñe a pedir.

 

         -«Buscad y encontraréis»: Oye, ¿buscas de verdad a Dios o te buscas a ti mismo? ¿Buscas tu gloria o la suya? ¿Buscas el Reino de Dios o tu pequeño reino? ¿Buscas el alma de los demás o buscas tu cuerpo? ¿Buscas a Dios en el trabajo o buscas tu interés? ¿Buscas a Dios en el noviazgo o buscas el placer? ¿Buscas los hijos en el matrimonio o buscas tu ambición? ¿Buscas tu vocación o la dejas perder? ¿Buscas la alegría? ¿Buscas la lealtad? ¿Buscas el sacrificio? ¿Buscas el amor? ¿Buscas…? Tal vez sí, pero ¿qué buscas?

-   «Llamad y se os abrirá»: ¿Llamas a Dios con fe, con constancia, con amor, con esperanza, con pasión...? ¿Llamas a María, a José, a los Ángeles? ¿Llamas a los demás para que se acerquen a Dios...?

 

Señor: que no me canse de pedir, de buscar, de llamar, de rezar.