Durante el otoño de 1975 servía pastoralmente en una parroquia donde el ochenta por ciento de los feligreses eran de la etnia gitana. Cuando murió Francisco Franco, Jefe del Estado Español, acudió a verme el patriarca del clan, quien me dijo:

-Queremos organizar un funeral por su alma. Fue un hombre que salvó a muchos de los nuestros de morir en los campos de concentración nazis. Entre ellos yo.

El templo se llenó hasta la bola. Unos lloraban, otros gemían y los más rezaban.

Cuando hoy ha comenzado la carrera para exhumar su cadáver del Valle de los Caídos, miro ya la fosa vacía y encuentro que ahí irán a parar dos instituciones claves de la Transición.

La Monarquía constitucional irá de cabeza a la fosa, porque tiene un vicio de origen: la restauró Franco. Los enemigos de España, socialistas, comunistas, golpistas y etarras, no perdonan a nadie y una vez empezado el melón se lo comerán entero.

La Iglesia en España por haberse puesto de perfil en el tema irá de cabeza a la fosa. Comenzarán las persecuciones, y ya lo han hecho, a los bienes eclesiales, al acuerdo con la Santa Sede, las clases de religión, la enseñanza concertada, las capellanías en hospitales, cárceles y cuarteles…todo irá a la cuneta. Espero que sin mártires fusilados.

Sobre la nueva losa colocada nacerá la III república, que es el sistema que les mola a los conmilitones valientes que hoy han decretado exhumar a Franco y cambiar la Historia de España para siempre.

Si esta locura no la para el propio Rey, los altos tribunales, o el mismo pueblo español, como hizo en otros momentos claves de nuestra Historia, iremos de cabeza a vestirnos de republicanos “venezolanos”, que es a donde nos desean conducir.

Ojalá me equivoque, pero los pasos dados y los que vienen nos llevan al Caribe, en pleno Mediterráneo.

Tomás de la Torre Lendínez