Un pirata informático es a un pirata lo que la canción del Cola Cao a la historia de la música. Anonymous, mismamente, es a Barbarroja lo que un disco duro a un velero, así que el aplauso del laicismo al abordaje a la página web del Arzobispado de Granada en protesta por la edición del libro Cásate y sé sumisa son las palmas, palmitas, del hombre necio al hombre cobarde que le da una colleja al hombre bueno por la espalda.

Anonymous va de antisistema, pero, para serlo, le falta matricularse a la vez en la facultad de veterinaria y en el conservatorio a fin de sacarse el título de perro flauta, espécimen que tiene sus cosas, pero que al menos da la cara. En realidad Anonymous es puro sistema capitalista, pues se aprovecha de los hallazgos ajenos, que inventen ellos, para sacar rentabilidad. De ahí que malgasten su talento informático en ataques a una página de Iglesia en lugar de reunirse en un garaje para patentar Microsoft.