Los funcionarios del Estado de Oklahoma, en Estados Unidos, estudian la posibilidad de aprobar la instalación de una estatua en homenaje al demonio nada menos, en el mismo Capitolio. Así, como suena.
Una secta satánica de Nueva York acaba de presentarles la descabellada propuesta de levantar un monumento que representa a Baphomet, un ídolo demoníaco con aspecto de macho cabrío sentado en un trono de más de dos metros de altura.
Alegan que así todo el que quiera podrá sentarse en el regazo del mismo diablo "para la inspiración y la contemplación". Como si uno estuviese seguro en las fauces del peor depredador del mundo.
Recuerdo, a este propósito, el día en que una cadena de televisión me propuso entrevistarme sobre mi libro Así se vence al demonio (LibrosLibres) junto al monumento del ángel caído en el Retiro madrileño.
Bastó una sola mirada mía para disuadir a mi entrevistador de semejante osadía. Nunca me ha gustado jugar con fuego, porque quien lo hace, sea incauto o no, acaba quemándose... ¡Ojo con dar culto a Satanás!
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