Sí señor, porque “nafta”, que es como los argentinos llaman a lo que en España llamamos “gasolina”, y que en español de España da el nombre de esas sufridas y olorosas pelotitas blancas que sirven para combatir la corrosiva polilla que tiene la mala costumbre de comerse la lana en los armarios, viene de “néftar”, palabra hebrea que no significa otra cosa que “purificación”, y que fue, en su origen, utilizada para dar nombre a ese líquido negro y viscoso, convertido en ídolo de nuestra civilización que es el petróleo (de petra=piedra y oleo=aceite, aceite de piedra).
Pero para que no digan Vds. que vengo aquí con cuentos macabeos y comprueben que la cosa es exactamente como se la cuento, aquí tienen Vds. el relato bíblico del Libro de los Macabeos, en que se explica con todo detalle el origen de la palabra:
“Los sacerdotes salmodiaban los himnos. Cuando fue consumido el sacrificio, Nehemías mandó derramar el líquido sobrante sobre unas grandes piedras. Hecho esto, se encendió una llamarada que quedó absorbida por el mayor resplandor que brillaba en el altar. Cuando el hecho se divulgó y se refirió al rey de los persas que en el lugar donde los sacerdotes deportados habían escondido el fuego había aparecido aquel líquido con el que habían santificado las ofrendas del sacrificio Nehemías y sus compañeros, el rey, después de verificar tal hecho, mandó alzar una cerca haciendo sagrado el lugar. El rey recogía grandes sumas y las repartía a quienes quería hacer favores. Nehemías y sus compañeros llamaron a ese líquido «neftar», que significa «purificación»; pero la mayoría lo llama «nafta»” (2Mac. 1, 18-36)
El primer pozo de petróleo de la historia humana, y como ven Vds., ya entonces dando guerra. Si es que después de todo, no avanzamos nada, ¿no creen Vds.?
©L.A.
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