Todos queremos subir: más dinero, más prestigio, más cultura, más placeres, etc.

Lo malo es que algunos trepan por una escalera apoyada en un muro de arena, y cuanto más suban mayor será el batacazo cuando el mutro de desmorone.

El único muro firme es Dios. Quien se apoya en Dios está seguro. Por eso Dios debe ser la meta de nuestra vida.

Muchos viven para trabajar, otros sólo piensan en pasarlo bien, y se olvidan que lo más importante de la vida es vivir por amor a Dios.

Trabajamos y descansamos, pero siempre porque Dios así lo quiere y nosotros queremos agradarle.

Quien procura hacerlo todo bien, y hacer todo el bien que pueda SIEMPRE POR AMOR A DIOS, vive con una paz y una alegría que desconocen los que apoyaron su escalera en la pared de tierra.

Pero sobre todo, al llegar al final RECIBIMOS EL ABRAZO DE DIOS, premiándonos nuestro amor y fidelidad.

JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
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