Entre Salou y Tarragona, casi de forma equidistante, se encuentra el Complejo Educativo de Tarragona (antigua Universidad Laboral), allí es donde mañana tendrá lugar la beatificación de 552 mártires de la persecución religiosa que asoló la España de los años treinta.


 
Ayer nuestra peregrinación pasaba por la localidad toledana de Ocaña. De aquella población es uno de los 522 mártires, se trata del Hermano Honorio (Pedro Eusebio) Ballesteros Rodríguez, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que formaba parte de la comunidad del Hospital Psiquiátrico San José de Málaga. Su proceso está instruido en la Causa de Mauricio Iñiguez de Heredia Alzola y 23 compañeros de la Orden de San Juan de Dios de varias provincias españolas.
Su familia nos ha hecho llegar esta fotografía. De su puño y letra podemos leer: “A mi querido hermano Miguel, en uno de los momentos más solemnes de mi vida. Fray Honorio Ballesteros. Bogotá, 8-IX-33”.

Como enfermero diplomado y amigo del estudio científico, el Hno. Ballesteros sobresalió por su preparación médica y enfermerística; dejando publicados varios escritos muy reconocidos, principalmente en Hispanoamérica. En 1932 fundó en Santiago de Chile una Escuela de Enfermería que contribuyó a la formación del personal asistencial sanitario, a mentalizar y consolidar la actuación hospitalaria trabajando con preparación, eficacia y espíritu humanista. El gobierno chileno lo reconoció y, estando en Colombia en 1933, recibió la condecoración “Al mérito en el grado de Caballero”, como vemos en la foto bajo estas líneas.


Aquella expresión “uno de los momentos más solemnes de mi vida” quedaría reemplazado por el más solemne, cuando el 17 de agosto de 1936, por odio a la fe, recibió el martirio en la ciudad de Málaga. Y ahora, si cabe, quedará aún más solemnizado por la beatificación.