El desfile de las Fuerzas Armadas que tendremos ocasión de disfrutar hoy, en fecha tan acertada como la de la Virgen del Pilar, patrona de la hispanidad -que no de España, que lo es la Inmaculada (pinche aquí si desea conocer sobre el tema)-, fiesta nacional de España, conmemoración del descubrimiento de América en 1492, día de la Hispanidad, tiene una historia que cabe definir ya como arraigada y que, por más que haya cambiado mucho en su forma y en su espíritu, arranca del 19 de mayo de 1939, fecha en que para celebrar la victoria en la Guerra Civil, el primer Gobierno de Franco organiza el que se da en llamar “Desfile de la Victoria”.

 
 
            El desfile realizado en la capital de España era el último de una serie de desfiles que se habían celebrado ya en otras ciudades, y el recorrido fue muy similar al que aún hoy viene realizando cuando el desfile tiene lugar en Madrid. Se trató de un despliegue muy nutrido en el que participó una cifra elevada de soldados y militares, en todo caso superior a los 100.000, tan distinta de los apenas 2.600 que desfilarán, por ejemplo, este año.
 
            A partir del año siguiente, 1940, el entonces denominado Desfile de la Victoria pasó a celebrarse el 1 de abril, en conmemoración del día en el que terminó la guerra, 1 de abril de 1939 como es sobradamente conocido. Sólo en 1964, en conmemoración de los 25 años de Paz que el Régimen celebró profusamente, el desfile cambió su nombre por el de Desfile de la Paz, precioso nombre que por desgracia no mantuvo en sucesivas ediciones.
 
            A la muerte de Franco, ya desde su primera edición en 1976, el desfile pasa a celebrarse el 30 de mayo, día en que se conmemora a Fernando III el Santo, que ya mantiene una estrecha relación con el ejército español a través de su patronazgo del arma de ingenieros, y desde 1977 deja de llamarse Desfile de la Victoria para pasar a denominarse “Desfile de las Fuerzas Armadas”.
 
            En 1978, por Real Decreto 996/78, se establece el “Día de las Fuerzas Armadas”, a propuesta del ministro de Defensa, Manuel Gutiérrez Mellado, haciéndolo coincidir con el 30 de mayo. Una de las características a partir de ese momento es que el desfile se celebra en diversas ciudades de España: Sevilla, Valencia, Barcelona, Zaragoza, Burgos, Valladolid, La Coruña, Tenerife han sido escenario del Desfile de las Fuerzas Armadas.
 
            En 1987, el Real Decreto 530/87 introduce nuevas medidas de acercamiento de las fuerzas armadas al pueblo, con jornadas de puertas abiertas de las instalaciones militares en todo el territorio nacional, y se hace coincidir el desfile con la Fiesta Nacional del 12 de octubre, evento que es precisamente el que nos disponemos a celebrar tal día como hoy, con una austeridad acorde con los duros momentos por los que pasa España, que nos gustaría ver trasladada a muchos otros ámbitos estatales de todas las administraciones, central, autonómica y local, que no han hecho, ni mucho menos, el mismo sacrificio.
 
                El tuit del autobús. Por favor, no llamen “paradas” a los desfiles. No sólo se trata de un anglicismo (de “parade”, desfile en inglés) innecesario, por existir en español una palabra perfectamente precisa y descriptiva, sino absurdo, por dar en nuestra lengua exactamente lo contrario de lo que un desfile es o debería ser, a saber, parado. Si son tan amables...

 
 
            ©L.A.
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