La idolatría es una tendencia humana que nos acecha continuamente. La catequesis del Papa es sencilla, rica en contenido y muy actual. ¿Qué es un ídolo? “La palabra «ídolo» en griego deriva del verbo «ver». Un ídolo es una «visión» que tiende a convertirse en una fijación, una obsesión. El ídolo es, en realidad, una proyección de sí mismo en los objetos o en los proyectos. De esta dinámica se sirve, por ejemplo, la publicidad: no veo el objeto en sí, pero percibo ese coche, ese móvil, ese cargo -u otras cosas- como un medio para realizarme y responder a mis necesidades esenciales. Y los busco y hablo de eso, pienso en eso; la idea de poseer ese objeto o realizar ese proyecto; alcanzar esa posición, parece un camino maravilloso para la felicidad, una torre para alcanzar el cielo, y todo se convierte en funcional a esa meta”.  

Tanto en los creyentes como en no creyentes todo tipo de realidad se puede convertir en ídolo. “El mandato prohíbe hacer ídolos o imágenes de todo tipo de realidad: todo, de hecho, se puede ser usado como ídolo. Estamos hablando de una tendencia humana, que no diferencia entre creyentes y ateos. Por ejemplo, nosotros cristianos podemos preguntarnos: ¿quién es realmente mi Dios? ¿Es el Amor Uno y Trino o es mi imagen, mi éxito personal, quizá dentro de la Iglesia? «La idolatría no se refería solo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divisar lo que no es Dios»”.

¿Cuántos dioses tenemos en nuestra existencia? “Es eso que está en el centro de nuestra vida y de lo depende lo que se hace y lo que se piensa. Se puede crecer en una familia nominalmente cristiana pero centrada, en realidad, en puntos de referencia externos al Evangelio. El ser humano no vive sin centrarse en algo. Es así que el mundo ofrece el supermercado de los ídolos, que pueden ser objetos, imágenes, ideas, cargos. Por ejemplo, también la oración. Nosotros debemos rezar bien a Dios, nuestro Padre. Recuerdo una vez que fui a una parroquia de Buenos Aires para celebrar una Misa; después tenía confirmaciones en otra a un kilómetro de distancia. Fui caminando y atravesé un parque bonito. En ese parque había más de 50 mesas cada una con dos sillas y la gente sentada una delante de otra. ¿Qué hacían? El tarot. Iban ahí «a rezar» al ídolo. En vez de rezar a Dios que es providencia del futuro, iban ahí porque leían las cartas para ver el futuro. Esta es una idolatría de nuestro tiempo. Yo os pregunto: ¿cuántos de vosotros vais a que os lea las cartas para ver el futuro, en vez de rezar al Señor? Esta es la diferencia: el Señor está vivo; los otros son ídolos; idolatrías que no sirven”.