Si algo caracteriza la historia norteamericana eso no es otra cosa que el más que escrupuloso y exquisito respeto a la libertad religiosa, verdadero fundamento de su existencia histórica, y conversor del país en el paradigma de la convivencia religiosa, enviando el valiosísimo mensaje al mundo de que la coexistencia entre religiones es posible. Esto es tanto así que no en balde, el tema es objeto de la primera de las veintisiete enmiendas, de fecha tan temprana como el 25 de septiembre de 1789, añadidas a lo largo de su historia a la escueta Constitución norteamericana, la cual reza así:
 
            “El Congreso no aprobará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del estado o se prohíba practicarla libremente”.
 
            Por eso es particularmente preocupante algunas de las actitudes y acontecimientos que vemos ocurrir en los Estado Unidos de un tiempo a esta parte, y particularmente desde que Barack Obama es su presidente.
 
            Ayer mismo teníamos ocasión de conocer en esta columna la carta que el presidente de la Comisión norteamericana sobre libertad religiosa internacional enviaba al Presidente norteamericano invitándole a poner fin a su inacción ante los gravísimos acontecimientos que están teniendo lugar en Egipto de un tiempo a esta parte (), que se puede relacionar con la que firma la asociación norteamericana CANAN (Asociación de Cristianos Nigerio-Americanos) que representa a los nigerianos que viven en los Estados Unidos ().
 
            Revisando la prensa internacional especializada en el tema, me encuentro todavía otras noticias que demuestran que algo está ocurriendo en la todavía primera potencia del mundo, tanto desde el punto de vista económico como de las libertades.
 
            El recoge el caso de la escuela elemental Shelby County Schools de Memphis Tenesee que ha prohibido a una niña, Erin, de 10 años escribir sobre Dios. En un trabajo dedicado a los ídolos la niña había escrito “Dios es mi ídolo, nunca lo odiaré. El siempre será la persona número 1 en la que me miraré”.
 
            Siempre según el mismo medio, son muchos los cristianos que han expresado ya su preocupación sobre discriminación en el sistema público de enseñanza. En 2011, en el Floyd County High School de Virginia, los directivos ordenaron quitar copias de los Diez Mandamientos de las taquillas, y en el Brownsville Independent School District de Texas se prohibió a los alumnos portar signos visibles de artículos de fe como crucifijos o rosarios. En agosto, Crystal Mitchell de Georgia argumentaba que si las expresiones religiosas estaban prohibidas en la escuela de su hija, entonces también debería eliminarse un cartel de una clase en el que podía leerse “Dios ha muerto”.
 
            El recoge otros casos en los que la libertad religiosa queda en entredicho. Así en Michigan, un negocio familiar regentado por una familia católica ha sido obligado a pagar las cuotas que ordena el discutido programa denominado Obamacare, que obliga a las empresas que den trabajo a más de 50 trabajadores a proveer de un seguro que cubra a los empleados contracepción, esterilización, y aborto, enfrentándose a penas de 100$ por día y trabajador a las que no lo hagan. En la argumentación de su sentencia, el juez aduce que las citadas prescripciones no contravienen la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa. En Pensilvania, en un caso similar, la empresa Conestoga Wood Specialties Corporation invoca precisamente la Primera Enmienda de la Constitución a la que nos referimos arriba.


 

 






           
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