Poco antes de empezar a escribir Así se vence al demonio, el exorcista Salvador Hernández me regaló un precioso “Detente” bordado a mano primorosamente por una monjita.
 
Deseaba que estuviese bien pertrechado para contrarrestar los embates del demonio antes, durante y después de la publicación del libro; así que le obedecí, colgándomelo al cuello junto con el escapulario del Carmen y la Cruz de San Benito. “No te lo quites jamás, ni siquiera para ducharte”, me previno.

Para quienes no sepan qué es un Detente, les diré que  es ni más ni menos que un escapulario contra el Maligno. “Detente, el Corazón de Jesús está conmigo”, reza una pequeña inscripción al pie del dibujo del Sagrado Corazón de Jesús.

Al dorso se explica su origen: “Este Detente (según cuenta una tradición) fue revelado a una religiosa en Marsella. El modelo fue presentado al Papa Pío IX, quien al verlo lo bendijo con estas palabras: “Este es el auténtico escapulario del Sagrado Corazón de Jesús. Al terminar la última puntada queda bendecido”.

Con el Detente me sentía más seguro y tuve oportunidad de comprobar su eficacia en varias ocasiones que algún día, si Dios quiere, contaré en este mismo blog o en otro libro. Recomiendo a todo el mundo que se pertreche con el Detente, auténtico “chaleco antibalas” contra el demonio.

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