Origen de la oración a san Miguel Arcángel mandada rezar por León XIII

El Apocalipsis nos revela que la historia de la humanidad no es lineal, sino que hay momentos históricos en los que al espíritu del mal, le es concedido más poder de actuar que en otras etapas de la historia,  (cf. Ap 20, 3). Esto es lo que Dios reveló al papa León XIII, en una visión, en la que percibió el gran poder que al espíritu del mal Dios le permitiría tener sobre la Iglesia, pero también vio que el espíritu del mal era lanzado al abismo por san Miguel Arcángel[1].

Después de esta visión, redactó la oración a san Miguel arcángel, que es un verdadero exorcismo, y mandó que se rezara al final de la misa.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén[2].

Rinaldo Angelí, secretario particular de León XIII, nos da este testimonio: 

León XIII experimentó verdaderamente la visión de los espíritus infernales que se concentraban sobre la Ciudad Eterna (Roma); de esa experiencia surgió la oración que quiso hacer rezar en toda la Iglesia. Él la rezaba con voz vibrante y potente: la oímos muchas veces en la basílica vaticana. No sólo esto, sino que escribió de su puño y letra un exorcismo especial contenido en el Ritual romano (edición de 1954, tit. XII, c. III, pp. 863 y ss.). Él recomendaba a los obispos y los sacerdotes que rezaran a menudo ese exorcismo en sus diócesis y parroquias[3]. Él, por su parte, lo rezaba con mucha frecuencia a lo largo del día[4].

La Iglesia salía fortalecida de las pruebas al invocar a  san Miguel Arcángel

Mientras en la Iglesia católica se rezó esta oración al final de la misa, muchísimos sacerdotes eran heroicos en su fidelidad al ministerio. Se puede constatar en la persecución contra la Iglesia en la guerra civil española: miles de sacerdotes se hubieran podido liberar de las torturas y de la muerte si hubieran dejado el ministerio, pero fueron fieles hasta la muerte, y el espíritu del mal no consiguió su propósito de hacer desaparecer la Iglesia en España, sino que esta cobró un mayor vigor.

Pues la cruel persecución que se abatió contra la Iglesia en España durante la guerra civil, le dio a la Iglesia innumerables mártires. Surgieron vocaciones más numerosas a la vida sacerdotal y religiosa de las que ellos habían conseguido asesinar, además aportó vocaciones para la evangelización de otros países. Se reconstruyeron las iglesias y las imágenes destruidas durante la guerra civil. Incluso se construyeron nuevas iglesias donde era necesario. Con la buena labor de movimientos como la JOC y la HOAC desactivaron el anticlericalismo de la clase obrera, pero faltó luz y decisión para desactivar el anticlericalismo de la clase intelectual.

Consecuencias eclesiales de no invocar a san Miguel Arcángel

Tras la reforma litúrgica después del Vaticano II, se suprimió esta oración de la misa, y por ello mayoritariamente el pueblo de Dios dejó de rezar esta oración a san Miguel Arcángel, y se cumplió lo que el beato Francisco Palau, había puesto en boca de san Miguel arcángel en 1842: “Has de saber, que según las órdenes del Altísimo, damos nosotros a Satanás más o menos licencia según es en la tierra el espíritu de oración. Batallamos según batallan los hombres de oración, estamos siempre todos espada en mano y prontos para defender la Iglesia; pero obramos sólo según el espíritu de los que oran. Según lo que éstos alcanzan, trabajamos; y según éstos nos piden, obramos”.[5]

El poder del espíritu del mal se hizo sentir con fuerza en el postconcilio, de tal modo que el beato Pablo VI, en  la festividad de San Pedro de 1972, se sintió con la responsabilidad de comunicar a la Iglesia una intuición suya que pudiera dar una explicación de lo que sucedía, “Creemos –observó el Santo Padre- en algo preternatural llegado al mundo precisamente para turbar, para sofocar los frutos del Concilio Ecuménico y para impedir que la Iglesia estallara en el himno del gozo de haber vuelto a poseer en plenitud la conciencia de sí misma[6]. Se lamentaba en estos términos: “También en la Iglesia reina el estado de confusión. Se creía que después del concilio habría venido una jornada de luz para toda la Iglesia. En cambio, ha venido una jornada de nubes, tempestades, oscuridad e incertidumbre…”.

Pablo VI se preguntaba por la causa última de todo ello y añadía: “Por alguna brecha ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios”. La misión de san Miquel Arcángel, era precisamente la de impedir la acción de Satanás en la Iglesia y enviarlo al abismo, tal como se pedía en la oración que León XIII había hecho rezar al final de cada Eucaristía.

En la crisis eclesial del postconcilio solo nos centraremos en la que afecto a los ministros ordenados, pues como nos revela santa Faustina Kowalska, el demonio incesantemente tiende trampas y acechanzas a los sacerdotes para destruirlos y con ellos a la comunidad eclesial. 

Pudiéramos decir, cuando toda la Iglesia rezaba esta oración a san Miguel Arcángel, se realizaba lo que se pedía en ella, los espíritus malignos, eran echados al abismo antes de que tentaran a los sacerdotes, y por ello permanecían fieles de forma mayoritaria hasta el martirio. Al dejar de orar todos los fieles esta oración a san Miguel Arcángel, después de la misa, los sacerdotes que son los más tentados, perdían esta protección y los espíritus malignos llegaban a tentar a los sacerdotes. Estos, inexpertos para reconocer sus insidias, se identificaban con los deseos que experimentaban en su interior, en vez de combatirlos con la oración y la penitencia. Esta sería una de las explicaciones por las que después del postconcilio se llegaron a secularizar unos 70.000 sacerdotes[7].

Algunos de los que permanecieron en el sacerdocio cometieron pecados gravísimos, entre otros abusaron de este ministerio para realizar acciones obscenas con niños, y esto es lo que hoy sale a la luz.

El Papa Francisco ha puesto normas muy severas para impedirlo en el presente y en el futuro, y de hecho los abusos a los menores han descendido drásticamente, pide perdón por el pasado, intentando ayudar en lo que puede a las víctimas. Es la persona que más se ha implicado en ello a todos los niveles, y ahora acusándolo falsamente quieren que dimita. Esto es obra del espíritu del mal, que siembra confusión y división. Ante ello, nuestra opción como católicos es apoyar al Santo Padre con toda decisión.

El Papa Francisco exhorta a invocar a María y a san Miguel Arcángel

En plena tempestad por la lacra de los abusos sexuales en la Iglesia[8], el Papa ha hecho un llamamiento inédito a la Iglesia universal. De la misma manera, cuando hizo pública la Carta al Pueblo de Dios para llamar a la acción frente a los abusos de poder, de conciencia y sexuales por parte del clero, el Papa ya apuntó a todos los católicos de forma reiterada que la mejor manera de combatirlo era a través de “la penitencia y la oración” que nos ayudará a sensibilizar nuestros ojos y nuestro corazón ante el sufrimiento ajeno y a vencer el afán de dominio y posesión que muchas veces se vuelve raíz de estos males.

A través de un comunicado Francisco ha pedido “a todos los fieles, de todo el mundo” rezar diariamente el rosario en octubre “para pedir a la Santa Madre de Dios y el Arcángel Miguel para proteger a la Iglesia del diablo, que siempre trata de dividirnos de Dios y entre sí”. 

Esta  iniciativa que pone de manifiesto la importancia que el Papa argentino da a la actual crisis que está viviendo la Iglesia y que ha decidido combatir con la mejor arma con la que cuenta: la oración. Pues como él mismo había dicho en la homilía de los Santos Arcángeles de 2014, “Si no se lucha, seremos derrotados”, pero esta lucha pertenece prioritariamente a los arcángeles, la de luchar y vencer[9].

El Papa Francisco antes de su partida a los Países Bálticos, el Santo Padre se reunió con el P. Fréderic Fornos S.I., Director internacional de la Red Mundial de Oración por el Papa, y le pidió que difundiera su llamamiento a todos los fieles del mundo, invitándoles a terminar el rezo del Rosario con la antigua invocación "Sub Tuum Praesidium", y con la oración a San Miguel Arcángel, que protege y ayuda en la lucha contra el mal (ver Apocalipsis 12, 7-12).

La oración –afirmó el Pontífice hace pocos días, el 11 de septiembre, en una homilía en Santa Marta, citando el primer libro de Job-, es el arma contra el Gran acusador que "vaga por el mundo en busca de acusaciones". Sólo la oración puede derrotarlo. Los místicos rusos y los grandes santos de todas las tradiciones aconsejaron, en momentos de turbulencia espiritual, protegerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios pronunciando la invocación "Sub Tuum Praesidium"[10].

La invocación "Sub Tuum Praesidium" dice lo siguiente:

“Sub tuum praesidium confugimus Sancta Dei Genitrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo Gloriosa et Benedicta”.

[Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!].

Con esta solicitud de intercesión, el Santo Padre pide a los fieles de todo el mundo que recen para que la Santa Madre de Dios, ponga a la Iglesia bajo su manto [1]protector, para defenderla  de los ataques del maligno, el gran acusador, y hacerla, al mismo tiempo,  siempre más consciente de las culpas, de los errores, de los abusos cometidos en el presente y en el pasado y comprometida a luchar sin ninguna vacilación para que el mal no prevalezca.

 

El Santo Padre también ha pedido que el rezo del Santo Rosario durante el mes de octubre concluya con la oración escrita por León XIII:

“Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio; contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen”.

[San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén][11].

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 Notas

 [1] El padre Domenico Pechenino escribe: “No recuerdo el año exacto. Una mañana el Sumo Pontífice León XIII había celebrado la santa misa y estaba asistiendo a otra, de agradecimiento, como era habitual. De pronto, le vi levantar enérgicamente la cabeza y luego mirar algo por encima del celebrante. Miraba fijamente, sin parpadear, pero con un aire de terror y de maravilla, demudado. Algo extraño, grande, le ocurría” (Ephemerides Liturgicae en 1955, pp. 58-59).

[2] "La ordenación de las preces finales por León XIII fue publicada por primera vez en el Monitore eccesiastico (1885-87) p. 150 s ; cf I. Piazzoni, De precibus post Missam imperatis: "Eph. Liturg.", 69 (1955) 54-60. Aquí también hay pormenores sobre la invocación de San Miguel Arcángel (58 n.9) - Como es sabido Pío XI, y luego Pío XII señalaron como intención de estas preces rogar por Rusia (Act. Ap. Sedis, 22 [1930] 301; 44 [1952] 308”. (Cf. https://www.aciprensa.com/Oracion/angeles17.htm)

[3]Este exorcismo que deben rezar solo los sacerdotes está en https://www.aciprensa.com/Oracion/angeles17.htm.

[4] Fuente Gabriele Amorth. Narraciones de un exorcista. Importado de: https://peregrinodeloabsoluto.wordpress.com/2014/10/25/la-vision-diabolica-de-leon-xiii/

[5] Francisco Palau, Lucha del alma con Dios, Roma 1981, cap. V, 1, 12, p. 221-222.  

[6] L’Osservatore romano, 1-VII-1972. Citado por Ecclesia 5-VII-1972 p. 969,

[7] Dejaron en 1964 el sacerdocio 69.063

[8] Cf.  http://www.vidanuevadigital.com/2018/09/29/el-papa-inst-a-toda-la-iglesia-rezar-el-rosario-todos-los-dias-en-octubre-contra-el-diablo-que-trata-de-dividirnos/

[9] Cf.  https://www.religionenlibertad.com/vaticano/37902/si-no-se-lucha-seremos-derrotados-el-papa-francisco-propone-la.html

[10]“San Andrés Salos, un esclavo escita, junto con su discípulo Epifanio, tuvo una visión de cómo la Madre de Dios cubre todo el mundo con este «velo inmenso y tremendo más ancho que los cielos»”. (https://forosdelavirgen.org/6820/el-velo-de-la-virgen-maria-celebracion-ortodoxa-2-de-julio/)

[11] https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/09/29/fiel.html