Hace pocos días ha saltado a los titulares de muchos medios de comunicación una noticia extraña y falta de fundamento. Se decía que el Papa Francisco iba a perdonar los pecados vía Twitter y los comentaristas de turno aprovechaban la ocasión para, entre chascadillos y desdén, indicar que por fin la Iglesia se modernizaba. 

La noticia proviene de la indulgencia que el Papa ofrece a los jóvenes que asisten a la JMJ y a aquello, que no pudiendo asistir, la seguirán a través de las redes sociales. Como toda indulgencia, necesita de condiciones previas, como son: 

-    Tener la disposición interior de un desapego total del pecado, incluso para los pecados veniales y las faltas.

-   Confesar sacramentalmeпte los pecados. Es decir, hacer una confesión en condiciones

- Recibir la sagrada Eucaristía tras la confesión. Lo ideal es realizarlo dentro de una misa, pero la indulgencia no lo exige

-  Orar por las intenciones del Papa

Es evidente que el Papa no va a perdonar pecados haciendo retweet de los mensajes o mediante el envío de un mensaje especial, como algunos medios han indicado. Uno de los titulares que destacan por su ignorancia es el que el portal: Slate "Ahora el Papa ofrece indulgencias a cambio de seguidores en Twitter". Otros titulares igualmente desinformados indican: "Sigue al Papa en internet, llega al cielo antes" o "Ahórrate tiempo en el purgatorio siguiendo al Papa en Twitter". 

En general podemos decir que los medios generalistas presentan los mismo síntomas que la sociedad en su conjunto: profundo desconocimiento de los sacramentos y ciertas ganas de enredar burlándose de nosotros. 

Por desgracia, la mayoría de las personas que leen los titulares no tienen capacidad de discernir lo que leen ni tampoco están dentro de un entorno que les ayude a comprender qué hay de cierto y qué hay de fantasía. El problema que tenemos es que estos titulares nos demasiado frecuentes y van engrosando, con prejuicios, la ignorancia sobre nuestra religión. 

Seguro que en los próximos meses me encuentro en más de una conversación donde saldrá el tema entre chascarrillos y desdenes. Algo similar me sucedió con el titular sobre la prohibición de la mula y el buey en los nacimientos de navidad. Lo peor no es que podamos hacer de fontaneros para intentar cerrar las vías de agua que estos mensajes crean, sino la tremenda incredulidad con que responden las personas cuando les explicas la verdad. Siempre objetan que la noticia salió en todos los diarios, para después dejar lo que les explicas como tu palabra contra la de toda la prensa. 

Con el tiempo el tema desaparece de las conversaciones, pero queda en el inconsciente de las personas, formando un muro entre la fe y su vida. No es raro que te saquen estas cosas cuando les hablas de la Iglesia, indicando que a ellos no les gusta hacer el ridículo como tanto nos gusta a los católicos. 

La gran pregunta es ¿Qué podemos hacer? Poco. Cristo no pudo con la propaganda y prejuicios en su contra. Los gestores de la información de su tiempo, supieron crear suficiente crispación como para que la masa prefiriera el indulto a Barrabás. La sociedad no ha cambiado demasiado. Tenemos nuevas herramientas y medios, pero seguimos siendo los mismos seres humanos. Nos toca seguir adelante con alegría y esperanza. En el sacrificio está el sentido de nuestra vida y la salvación. El propio Cristo nos lo mostró con su ejemplo.

Para que vean que las redes sociales tienen aspectos positivos, ayer Maricruz, una amiga de Costa Rica, publicaba este texto de San Francisco de Sales en su perfil de Facebook: 

El demonio aprovecha la tristeza para tentar a los buenos, intentando hacer que estén tristes en la virtud, igual que intenta que los malos se alegren de sus pecados. Del mismo modo que sólo puede tentarnos para que hagamos el mal consiguiendo que ese mal parezca atractivo, solo puede tentarnos para que nos apartemos del bien consiguiendo que ese bien carezca de atractivo. Le encanta vernos tristes y desesperanzados, porque él está triste y desesperanzado por toda la eternidad y querría que todo el mundo fuese como él”. (San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota) 

No nos sintamos derrotados ni desperados. Si la Iglesia a prevalecido durante 2000 años, estando compuesta por personas imperfectas, con mil dudas y errores y muchas veces poco ejemplares… es que el Espíritu actúa de manera maravillosa perfeccionando el desastre que somos.