Espléndido artículo el de Pablo Ginés. Pone el dedo en la llaga de una de las rendijas por las que se cuela el demonio: la práctica del Reiki, esa especie de medicina alternativa que incluye la imposición de manos.
El joven Stefan Esztergalyos, que gracias a Dios ha vuelto a nacer, lo explica muy bien:
"Ya era capaz de sanar gente mediante esta práctica. Sentía la energía. Yo estaba convencido de que hacía algo correcto, de que ayudaba a la gente. Hoy sé que esto no es según la voluntad de Dios, y que la forma de obtener esa energía, iniciarse en estas enseñanzas, es ocultismo. Aleja a la gente de Dios y les hace meterse en cosas que no conocen”, advierte.
Precisamente al Reiki aludiré este domingo por la noche en el programa Cuarto Milenio en compañía de Iker Jiménez y de su mujer Carmen Porter. Al Reiki y al resto de peligrosas rendijas por las que el demonio intenta penetrar en los cuerpos de la gente desinformada e incauta que practica la ouija como si fuese un juego de parchís, acude desesperada a un cartomántico en plena crisis económica, o se toma a broma las maldiciones, el mal de ojo y los amarres satánicos.
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