La figura materna y la paterna son indispensables y de similar importancia para el equilibrio psicofísico del niño. Algo de sentido común que confirma una serie de estudios presentados por la revista “Early Children Development and Care y de los que se hace eco Tommaso Scandroglio en La Nuova Bussola Quotidiana.

Primera consecuencia: resulta evidente que “dos papás” o “dos mamás”, por mucho esfuerzo que le pongan, por la ausencia de complementariedad, nunca serán el entorno adecuado para criar niños equilibrados.

Pero el problema no se reduce a la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Segunda consecuencia: la ausencia de uno de los dos padres en el hogar incide negativamente en el desarrollo del niño. A este respecto, leo hoy el dato de hogares sin padre en Estados Unidos: casi uno de cada cuatro niños viven en un hogar sin padre. En 1960 era uno de cada diez niños