La Verdad nos hará libres

Hace unos años publiqué en este mismo blog un artículo que titulé “La mentira como arma política”. Cada día que pasa me asombro más de la facilidad que tienen alguno para mentir. Cuesta poco y a veces consiguen lo que pretenden por este medio tan ramplón y grosero. El marxismo ha sabido explotar bien este sistema de empuñar el arma de la falsedad, del bulo, de la calumnia para conseguir los fines que pretende.

Como dice Tezanos en Sistema Digital: En nuestros días se está volviendo a vivir un clima político enrarecido, en el que parece que todo vale, donde no importa la palabra dada y donde cunde la desafección, la desconfianza y las simplificaciones políticas y demagógicas. Y donde solo parece imperar la lógica del poder en sí, y el recurso a la dialéctica “amigos/enemigos” y a los propósitos de “aplastamiento” a los contrarios. O “arrasar”, como dicen algunas, sin entender que en política el propósito de los demócratas es convencer y no “arrasar” o “aplastar” a los que no piensan igual.

Si repasamos un poco la historia observamos que la labor de Lenin con los comunistas Bolcheviques consistió en hacerles romper cualquier lazo de lealtad con Rusia y volcarla en el Partido de una forma férrea. La lealtad total hacia un grupo y el desprecio hacia lo que no sea ese grupo es algo natural en la especie humana. La organización tribal se basa en eso. Toda tribu actúa y piensa así. Los gitanos nómadas son el único ejemplo en Europa que perdura en estado más o menos puro de esa forma de pensar, pero en el pasado era lo más natural. Solo el cristianismo creó una forma de pensar revolucionaria que creó puentes que transcendían los grupos particulares. Pero no así otras religiones: Para el islam, solo son seres humanos los que comparten la fe. Históricamente, hasta el cristianismo, cada religión se refería a un grupo. Para una persona con lealtad tribal, es natural traicionar, mentir, aprovecharse, asesinar a miembros de otro grupo. Pinker menciona una tribu africana cuya palabra para “comida” se utiliza también para referirse a cualquier cosa de fuera de la tribu. La tribu reelabora la historia a su conveniencia, se cree sus mitos prefabricados y sigue las órdenes de un líder ciegamente. Su disciplina interna conoce solo dos formas de castigo ante cualquier delito: la muerte o la expulsión.

La proporción de muertes a manos de otros en las sociedades tribales se acerca al 40% de promedio (Pinker). La relación natural entre tribus es la guerra o la alianza para guerrear contra otros. Desde la caída del cristianismo como visión del mundo generalizada en Occidente, a partir de la Ilustración, se han creado varias racionalizaciones que dan satisfacción a ese espíritu tribal; entre esas racionalizaciones está el socialismo ( desde socialdemocracia hasta comunismo)

Lo que dice Benedicto XVI acerca de esta ideología es que es una ideología del mal. EL socialismo es una reacción tribalista ante la caída del espíritu panhumanista del Cristianismo en Occidente. En nuestros días, en los países democráticos no se viven tal radicalidad. Pero bueno es conocer el pensamiento de los que han sido, y son, pilares fundamentales del sistema marxista.  

Decálogo de Lenin

1- Hay que usar el desempleo para explicar la maldad del capitalismo.

2- Hay que procurar muertos. Se debe exhibir la muerte de un desocupado.

3- Hay que convencer al pueblo de que la riqueza es siempre producto de la explotación capitalista.

4- Hay que apoyar todas las luchas callejeras con demandas inviables.

5- Hay que utilizar cualquier manifestación de descontento no importa cuan pequeña sea.

6- Hay que declararle la guerra a los dueños de las empresas.

7- Hay que profundizar y expandir la lucha y la agitación política en todos los status sociales.

8- Hay que estar en contra de la libertad de opinión. 9- Hay que usar la acción policial para darle a la acción económica carácter político. 10- No hay que negociar los principios ni hacer concesiones políticas .

EL “DECÁLOGO”, ESCRITO POR LENIN EN 1913 (Lo llaman apócrifo, sin embargo, la semejanza con lo que estamos viviendo en muchos lugares es pasmosa):

1. Corrompa a la juventud y dele libertad sexual.

2. Infiltre y después controle todos los medios de comunicación de masas.

3. Divida a la población en grupos antagónicos, incitando las discusiones sobre asuntos sociales.

4. Destruya la confianza del pueblo en sus líderes.

5. Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho, pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el Poder sin ningún escrúpulo.

6. Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos; desacredite la imagen del País, especialmente en el exterior y provoque el pánico y el desasosiego en la población por medio de la inflación.

7. Promueva huelgas, aunque sean ilegales, en las industrias vitales del País.

8. Promueva disturbios y contribuya para que las autoridades constituidas no las repriman.

9. Contribuya a destruir los valores morales, la honestidad y la creencia en las promesas de los gobernantes no socialistas, obligándolos, so pena de exponerlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista.

10. Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa. (Publicado inicialmente en: https://laverdadofende.blog/2016/06/02/la-mentira-es-un-arma-revolucionaria-lenin/)           

  La mentira siempre será un atentado al derecho que todos tenemos a saber la verdad. Por desgracia no nos podemos hoy fiar de todo. Lo que nos llega por los medios, en principio, hay que ponerlo en cuarentena, leer entre líneas, no tragarse todo lo que nos echen. La mentira sigue siendo una poderosa arma política y social. Y parece que el futuro no es muy alentador sobre el problema. Dicen que para el año 2022 en nuestra sociedad abundarán más las falsedades que la verdad. Las redes sociales están infestadas del virus de la mentira. Habrá que ponerse en cuarentena.

Pero debemos recordar aquellas palabras de Cristo: “La Verdad os hará libres”. Se trata de ser verdaderos, de ser honrados, de ser libres.

Juan García Inza