Hoy una pequeña historia para pasar el domingo. Lo que les voy a contar lo presencié yo mismo con estos ojitos estando en Italia hace ya mucho tiempo, muchos años, algunas décadas de hecho, aunque muy probablemente siga siendo de actualidad.
 
            Realizaban una entrevista en un campo de futbol italiano, supuestamente al primero que pasaba por allí. Aparece un sujeto con aspecto de pocos amigos y menos luces, bien es verdad que oculta la faz y la identidad mediante el clásico juego de luces y sombras que ahora se resuelve mediante pixelados. El entrevistador lo presenta como componente de una peña de un determinado equipo de fútbol, lo que en Argentina llaman “barras bravas” y en España llamamos “fondo sur”, “boixos nois”, “demencia”, o simplemente “hinchada”. Y le pregunta:
 
            - Bueno, ¿y Vds. a qué se dedican?
 
            - Nosotros le damos palizas a los comunistas
 
            Así como lo oyen. En realidad la relación con el deporte rey no estaba excesivamente clara, porque lo normal es que las palizas se las hubieran dado a los del Inter si eran del Milan, o a los del Milan si eran del Inter. Y eso en el supuesto caso de que dar palizas pueda ser considerado por alguien algo normal. Pero no: los de esta barra brava se las daban “a los comunistas”.
 
            Siguiente pregunta del entrevistador:
 
            - ¿Y Vds. por qué hacen esto?
 
            Contestación del jovencito de la cabeza rapada, el pendiente en la oreja y cara de pocos amigos y de menos luces:
 
            - Ahhh! Quello non l’ho mai saputo (¡Ahhh! Eso no lo he sabido jamás).
 
            Moraleja: a veces es mejor saber porqué se hacen las cosas, ¿no les parece a Vds.?
 
 
            ©L.A.
            Si desea suscribirse a esta columna y recibirla en su correo cada día,
                o bien ponerse en contacto con su autor, puede hacerlo en
 
 
 
Otros artículos del autor relacionados con el tema
(haga click en el título si desea leerlos)
 
De esas cosas que todos hacemos sin saber bien porqué: hoy, el soldado de plantón
¡Así negocia un ecuatoriano!
Del estricto protocolo para hacer una llave en una ferretería argentina