Un artefacto explosivo colocado en la catedral de la Almudena ha obligado a la Policía a cerrar el templo esta tarde. Un kilo de clavos, 200 gramos de pólvora, un despertador y una bombona de camping gas eran los componentes de la bomba. 

De momento se desconoce quién o quiénes hayan sido los que depositaron en un confesionario el dispositivo.

El diácono que lo encontró tuvo la santa paz de trasladarlo hasta la sacristía, don de los TEDAX lo han desactivado. 

¿Quiénes han podido cometer esta tropelía? Aún no se sabe. Pero los enemigos de la Iglesia son muchos y están envalentonados. 

Sin ir más lejos, esta semana hemos conocido que la Audicencia de Madrid ha dado vía libre para insultar a los católicos, al rechazar la querella interpuesta por HazteOir.org contra el sindicato anarquista  Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) por promover una campaña previa a la JMJ de MAdrid titulada "Peligro, viene el Papa".

Entre las lindezas con que "argumentaban" esta campaña, los anaquistas sostenían que "El Papa es el máximo jerarca de una organización religiosa cuya historia está llena de crímenes y por la que sentimos un fuerte rechazo. Enemiga de la justicia social y del progreso humano, esta institución también es enemiga de la igualdad social" y que !enumerar los crímenes de la Iglesia católica desde la Edad Media hasta la actualidad daría como mínimo para miles de páginas".

Al tiempo, vivimos momentos de dificultad, en los que el Arzobispado ha de vérselas con un rector embebido del pasado comecuras de su padre, que quiere desalojar cualquier rastro de práctica religiosa. 

La Iglesia, que es madre y maestra, saldrá adelante. No es la primera ni la última vez que ha sido atacada con violencia terrorista.

Hagamos votos para saber perdonar, pero no perdamos un segundo en armarnos espiritualmente para defender nuestro tesoro más preciado: el don de la fe. 

El Santo Padre nos ha regalado un año de gracia para ello.