Al hacer oración, me gusta personalizar algunas intenciones. Es decir, ponerles rostro, nombre y apellido. Pues bien, me encontraba rezando cómodamente en mi cuarto, cuando de pronto me acordé de un amigo que tiene serios conflictos con la fe. Aunque casi nunca se me olvida quitarle el volumen al celular (móvil) para que no me interrumpa, esa tarde se me pasó hacerlo. El caso es que al pedir por su conversión, empecé a sentir que no valía la pena, sin embargo, en paralelo a la tentación por la que estaba pasando, sonó el teléfono y resultó que era, nada más y nada menos, que el amigo por el que estaba pidiendo. Me sorprendió tanto que le contesté, sin embargo, me respondió: “perdón Carlos me equivoqué de número”. ¿Casualidad o una respuesta por parte de Dios? Me quedo con la segunda opción. Cuando buscamos a Cristo en lo ordinario, en lo sencillo, siempre encuentra la manera de hacerse presente, de dejarnos algún detalle que nos ayude a seguir perseverando en la fe y en las buenas obras. Así que no hay que dejarse llevar por el desaliento. Dios nos escucha siempre. 

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PD. Les dejo un video muy breve, claro y creativo sobre la experiencia mariana de la Sierva de Dios Ana María Gómez Campos F.Sp.S. (18941985). Es una de las causas de canonización de la Iglesia Católica en México. Yo soy ex alumno de uno de los colegios fundados por ella. Mi papá tuvo la oportunidad de conocerla cuando era niño: www.youtube.com/watch