Pues sí, parece que es cuestión de tiempo y de formalidades burocráticas, pero “Don Santiago” (el comunista Santiago Carrillo es, paradojas de la historia, el único hombre público al que todos dan el don) tendrá calle en Madrid, algo que de lo que se ha apresurado a informar la alcaldesa de la villa y corte quien, contrariamente a lo que yo le pedía en mi anterior artículo sobre el tema (), no sólo no ha cogido el toro por los cuernos, sino que lo ha cogido por toda la cola, precipitándose a ser ella la que lo anunciara incluso antes de que lo hayan solicitado formalmente en el pleno del consistorio los que sin duda lo harán. A este ritmo, nada tendría de particular que la propuesta de la dedicatoria hasta venga realizada por el Partido Popular, con lo que sería de máxima aplicación el que en su día se dio en llamar “el principio de Trillo”, enunciado en dos sencillas pero expresivísimas palabras: “¡manda cojones!”.
 
            El PP que conocemos hoy es, ante todo, víctima de sus cobardías, por las que se halla ya hipotecado. La cuestión de su implicación en los luctuosos hechos del primer tercio del s. XX español la resolvió muy mal, entrando al trapo de las infinitas condenas producidas en los infinitos parlamentos, ayuntamientos y todo tipo de asambleas existentes en España, cuando lo que tenía que haber hecho es exigirlas él a todos los partidos implicados en ellas (PSOE, PCE, ERC, PNV), los cuales, lejos de pedir perdón por sus responsabilidades, en algunos casos gravísimas, ( no la única por cierto), verdadero germen de la dictadura que vino después… ¡¡¡no hacen otra cosa que exigírselas a un partido, el PP, que nació cuarenta años después de ocurridos y uno después de la Dictadura!!!
 
            Muy bien lo enunció Esperanza Aguirre en su famoso discurso () del “No me resigno”:
 
            “No me resigno a que nos presenten [al PP] como a un partido antiguo y retrógado, cuando somos la única opción que no tiene hipotecas con el pasado”.

 

Con esta sucinta y ligera respuesta que no pasó de
 “aviso a navegantes”, Esperanza Aguirre consiguió que el
tema no volviera a suscitarse en la Asamblea de Madrid.

 
            En cuanto al expediente Carrillo, bien podía haberlo resuelto el Partido Popular con una declaración semejante a la siguiente:
 
            “El Partido Popular reconoce el papel desarrollado por la persona de Santiago Carrillo Solares en la Transición española. Pero mientras las responsabilidades que derivan de los eventos acontecidos en Madrid en noviembre y diciembre del año 1936 no estén suficientemente dirimidas, y mientras recaiga en el Partido Popular la responsabilidad de gobernar la capital del reino, Santiago Carrillo Solares no tendrá una calle en ella”.
 
            Por lo que a mí respecta, me gustaría realizarle unas sencillas preguntas a la alcaldesa de Madrid y a los dirigentes del Partido Popular: de una decisión como ésta, ¿esperan Vds. conseguir algún voto proveniente de la izquierda? Y por el contrario: ¿se han parado a evaluar los que puede perder entre sus propios electores? Lamentablemente y una vez más, el Partido Popular elige dar contento a los que nunca lo votarán, antes que a los que lo vienen haciendo elección tras elección. Que no se equivoque le deseo.
 
 
            ©L.A.
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