Malraux, hombre de orígenes oscuros y que recorrió todos los espectros del arco político, pronosticó que el siglo XXI sería religioso o no sería.

A la misma conclusión han llegado también las corrientes interesadas en privar al hombre de la Verdad.

Por ello, y convencidos por la práxis de la falta de resultados que hoy tienen las estrategias, caducas y desprestigiadas, usadas por el materialismo marxista, para extender el ateísmo, que podrían resumirse en la famosa sentencia: "la religión es el opio del pueblo", el materialismo liberal, de forma más sibilina, ha optado por otras estrategias, pero manteniendo los mismos objetivos:

Ir rebajando el nivel de conocimiento de la Verdad en el hombre y vaciarle de su consciencia de transcendencia.

Esta campaña para que resulte y no provoque reacciones debe de ser gradual y extendida en diferentes frentes.

Así, por ejemplo, asistimos en Europa a un apoyo a la religión ismaelita: se pretenden convertir Iglesias en mezquitas, dar enseñanza musulmana en los colegios, subvencionar centros de cultura islámica etc...

Sin embargo en el ámbito internacional se critican y atacan las posiciones y legislaciones de los estados islámicos, tanto  no están tan contaminados por el laicismo y conservan posiciones de derecho natural en temas como la salud reproductiva y el respeto a la vida del no nacido.

Se trata de que en cuanto que la cultura cristiana es superior en cuanto a conocimiento de la Verdad revelada y  espiritualmente a la musulmana [*] [**],  apoyar esta última, pero en tanto en cuanto el Islam participa de parte de la Verdad (monoteísmo, sentido de trascendencia, etc..) atacar a unos países que se resisten al Laicismo del Nuevo Orden Mundial.

Por ahí van también las causas que explican que se impulsen por parte de los medios de comunicación y de los centros de socialización (entiéndase de homogeneización) del Sistema movimientos como las sectas o el New Age, con el siguiente razonamiento:

Puesto que no podemos extirpar del corazón del hombre el sentimiento y el impulso religiosos, consustancial con él, sustituyamos las religiones que participan de la Verdad, en especial el catolicismo (la Verdad revelada en plenitud) por unas filosofías, que sean lo más alejadas de ésta.

Y así se promueve el Budismo, que es una religión atea (el budismo carece de un Dios o dioses concretos).

O a un nivel más grosero, la brujería, el espiritismo y las diversas mancias como tales se promocionan para llenar falsamente esos vacíos espirituales (P.e. en Francia, en los últimos años han hecho declaración fiscal como adivinos y brujos mayor número de contribuyentes que Sacerdotes hay registrados).

Se cumple la denuncia de Chesterton: Cuando los hombres no creen en Dios, no es que no creen en nada, es que se lo creen todo 

Cuando el tercer milenio cristiano acaba de entrar, la presión laicista actúa más fuerte que nunca, pero esta vez sin que sea percibida por muchos creyentes que han aceptado inconscientemente la libertad de conciencia (opuesta a la deseable libertad de las conciencias) y la asunción de la creencia religiosa y el derecho natural como algo particular que no debe repercutir en el comportamiento social, el cual se pretende que no tenga como norma lo legítimo sino lo legal.

El reto, siguiendo la propuesta de Juan Pablo II, es que en este milenio se reconstruya el edificio de la Cristiandad, en la que, si lo desean, colaboren otras fuerzas, y no, como proponen los democratacristianos y los "católicos" liberales, que los católicos pongamos nuestro ladrillo en el edificio de la Modernidad, propuesta engañosa, que siempre termina mal, yendo contra el orden natural.




 
---------                                               
Suscribirte a Información de la bitácora Anotaciones
Correo electrónico: 
Consultar este grupo