Hace unos días se presentó en sociedad una Plataforma Estatal en Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, que pretende aglutinar a aquellas entidades que ven amenazado el blindaje abortista que dejó el anterior Gobierno. 

Se presentaron enormemente ofendidos, disgustados y pidiendo que se les escuche, principalmente por el Gobierno, ante la anunciada modificación de la ley del aborto. Estos mismos son los que, en 2008, anuciada la ley Aído, aseguraban que el debate del aborto estaba cerrado. Ahora piden que se les dé voz. Cosas veredes. 

Pero más allá de que esta contradicción de partida sea manifiesta, quisiera centrarme en la presencia de algunas asociaciones y grupos cuyos nombres deberían alertar al episcopado. Son las siguientes:
Todas aparecen mezcladas con asociaciones de izquierda feminista radical, lobbys homosexualistas, foros de planificación familiar, comunistas y la ptronal de la industria del aborto (ACAI).

No resulta fácil localizar a estas asociaciones que prostituyen el buen nombre que llevan, pues con esas mismas denominaciones debe haber cientos en España. Pero hay que ponerse manos a la obra.

No olvido que en la lista también están las famosas Católicas por el Derecho a Decidir. Pero a estas ya las tenemos caladas.