El Eclesiastés es un libro del Antiguo Testamento de los llamados sapienciales o de enseñanzas. El autor habla consigo mismo repasando sus vivencias y experiencias tratando de encontrarles sentido pero ve que ha probado todos los placeres del mundo y ninguno le ha llenado así que está algo deprimido y por eso el libro le sale tirando a pesimista y negativo.

Al final llega a la conclusión de que la vida y el mundo son breves, frustrantes, injustos y sin sentido fuera de Dios pero con Dios esta vida sólo es una sombra de todo lo bueno que está por llegar en el Cielo.

Seguro que te suena este texto, puede que más por la canción de The Byrds que por conocimiento de la Biblia:

“Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Tiempo de nacer y tiempo de morir;

tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado;

tiempo de matar y tiempo de curar;

tiempo de destruir y tiempo de edificar;

tiempo de llorar y tiempo de reír;

tiempo de endechar y tiempo de bailar;

tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras;

tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar;

tiempo de buscar y tiempo de perder;

tiempo de guardar y tiempo de desechar;

tiempo de romper y tiempo de coser;

tiempo de callar y tiempo de hablar;

tiempo de amar y tiempo de aborrecer,

tiempo de guerra y tiempo de paz.”

Eclesiastés 3, 1-8

 

"Endechar" significa cantar endechas, que son canciones tristes o de lamento y que a veces se cantan en los funerales para honrar al difunto.

Para los cristianos este sentido de la vida y del mundo está en Cristo: “No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud.” Mateo  5, 17

¿Y esto a qué viene? Bueno, llevamos casi 100 días en estado de alarma; nuestra vida tal como la conocíamos desapareció y nos cayó de golpe una vida que no era la nuestra a la que tuvimos que adaptarnos de golpe y a la fuerza.

Al principio el desconcierto fue como un chute de adrenalina: absorbimos el golpe y seguimos adelante bien por inercia o bien haciendo un gran esfuerzo, mental y de todo tipo.

Pero el paso del tiempo nos ha desgastado, el encierro nos ha puesto nerviosos, la impotencia y la frustración a veces ganan la partida a la buena disposición y a la organización.

Y llega un momento en que todo nos importa un pimiento y sólo queremos que nos dejen en paz, nadie en concreto y todos en general, así, QUE ME DEJES EN PAZ.

Estamos de malas pulgas y arremetemos contra todos, perdemos las formas y la razón que pudiéramos tener porque nosotros vemos claramente que tenemos razón para ponernos así pero los demás lo que ven es que nos hemos tirado a la yugular sin motivo.

No nos entendemos ni nos aguantamos a nosotros mismos y sólo queremos estar tranquilos, lo dicho, que nos dejen en paz.

Pero la mayoría de nosotros no vivimos solos y siempre hay alguien pesado que no nos deja en paz, que tiene muy buena voluntad pero nada de pesquis y en vez de darnos espacio insiste en hablar de lo que nos pasa, en señalarnos lo que estamos haciendo mal, en corregirnos ... y a nosotros nos sienta a cuerno quemado, nos suena todo a reproche, a que sólo señala TODO LO QUE HACEMOS MAL y nos lo echa en cara sin tener en cuenta cuánto me estoy esforzando por sacar adelante mi trabajo todos los días en estas circunstancias tan estresantes con los niños por el medio, el marido o la esposa incordiando porque no tenemos nada de privacidad en la casa y estamos todos juntos todo el tiempo, oyendo los ruidos que hacen y sin poder concentrarnos, con interrupciones que nos parecen absurdas y que nos van comiendo la moral. ¿A que te suena?

Si te dedicas a las tareas domésticas y estás acostumbrado a estar solo en casa y a organizarte a tu aire entiendo perfectamente tu sensación de invasión de tu espacio y frustración: ya no tienes la casa vacía todo el rato para pasar la aspiradora cuando te dé la gana sino que ahora siempre molestas a alguien con el ruido o al pedirle que se mueva; ya no puedes tender la ropa en tus tendederos del techo donde se seca enseguida y así seguir tu rutina de lavado-secado-planchado que tienes calculada al minuto porque a menudo alguien necesita la terraza-despacho para una reunión por Meet; ya no puedes usar Internet en cualquier ratito entre tareas porque todos menos tú tienen clase, exámenes o deberes y tú lo usas para cosas que no son trabajo; ya no puedes dedicarte a tu página web, a tu blog, a tu ONG o a la afición o actividad que sea porque no tienes privacidad para ponerte a escribir, a cuadrar actividades o a planificar porque siempre hay alguien que te interrumpe o que cuestiona lo que estás haciendo y se te llevan los demonios porque, ¿a ti qué te importa lo que hago, te pregunto yo a ti lo que haces o te dejo tranquilo/a? Y se te quitan las ganas de seguir con lo que hacías y de lo que te dan ganas es de estampar al otro.

Si te dedicas a un trabajo fuera de casa tres cuartos de lo mismo: perdiste tu espacio y tu rutina en el momento en que tuviste que montar la oficina en el cuarto de estar, en la cocina o en tu dormitorio.

Lo que quiero decir es que hay un tiempo para cada cosa y este es el tiempo de la paciencia con los demás y con nosotros mismos, de la tolerancia, de la manga ancha para pasar por alto los desatinos de los demás, las injusticias, las incoherencias, los donde dije digo digo Diego; porque unas veces seremos los que pasan por alto las cosas de los demás y otras veces seremos “los demás” y querremos que nos pasen por alto nuestras cosas.

Es tiempo de procurar estar de buen rollo y a mí esta canción me da buen rollo, me gusta mucho la música y la letra y la comparto contigo: Turn, turn, turn de The Byrds. ¿A que te suena?

TURN, TURN, TURN

To everything (turn, turn, turn)
There is a season (turn, turn, turn)
And a time to every purpose, under heaven

A time to be born, a time to die
A time to plant, a time to reap
A time to kill, a time to heal
A time to laugh, a time to weep

To everything (turn, turn, turn)
There is a season (turn, turn, turn)
And a time to every purpose, under heaven

A time to build up, a time to break down
A time to dance, a time to mourn
A time to cast away stones, a time to gather stones together

To everything (turn, turn, turn)
There is a season (turn, turn, turn)
And a time to every purpose, under heaven

A time of love, a time of hate
A time of war, a time of peace
A time you may embrace, a time to refrain from embracing

To everything (turn, turn, turn)
There is a season (turn, turn, turn)
And a time to every purpose, under heaven

A time to gain, a time to lose
A time to rend, a time to sew
A time for love, a time for hate
A time for peace, I swear it's not too late