Ahora que se están celebrando elecciones en Egipto, conviene no llamarse a engaño y ser consciente de la realidad de ese país. En una entrevista concedida a Mark Riedemann por el padre Samir Khalil Samir, S.I., egipcio y actualmente profesor de Historia de la Cultura árabe y de Islamología en Roma y Beirut, se puede leer lo siguiente sobre el modo de vida de los cristianos en el país del Nilo:

“durante todo el día y a lo largo de todo el año, desde las cinco de la mañana, son bombardeados con la propaganda islámica. Incian sus oraciones usando megáfonos y la repiten cinco veces al día. Y luego están la radio y la televisión: a menudo los vecinos siguen estos programas con un volumen altísimo. Y no te puedes quejar porque el vecino se justificará diciendo que es la palabra de Dios.

También la televisión y el cine están inundados por la propaganda islámica. En el colegio, los niños empiezan el día con la enseñanza islámica, a través de la que son inundadops de más propaganda islámica, llamada Khutbah. Cuando hay cambio de profesor se repite el ritual.

Y si hablamos de buscar un trabajo, especialmente en el sector público, te preguntan tu nombre, lo que es normal, pero en Egipto las cosas son diferentes: te preguntan tu nombre, el de tu padre, el de tu abuelo… y si no hay ningún Mohamed entre ellos entonces saben que eres cristiano. No te pedirán tu DNI, sólo tu nombre, pero en ese momento sabes que has sido clasificado y que éste puede ser un motivo para ser rechazado de un trabajo. La atmósfera es la islamización de la sociedad. Y durante el Ramadán, todo el sistema cambia. Los horarios cambian. Los sistemas de transporte público pasan a funcionar de las cinco de la tarde hasta las ocho de la mañana”.
 
Orwell hubiera reconocido su ficción hecha realidad.