La historia es muy «sencilla»: se conocieron en la universidad y se enamoraron. Ella, Larissa, una joven guapa; él, Ian, un joven apuesto. Los dos con un futuro por delante. Pero un accidente cambió la vida de Ian… y también su aspecto físico. Larissa vió algo más en él y por eso no sólo le acompañó en los primeros días posteriores al accidente sino que decidió acompañarle toda su vida como su esposa, a pesar de la discapacidad, resultado del accidente. «Ni penas ni calamidades pueden impedir nuestra marcha pues los obstáculos serán estímulos para el triundo», dice Larissa en este video que se presenta como un hermoso testimonio de vida matrimonial.
Aunque es un video de orientación protestante, las ideas de fondo son aptas para católicos. Así, por ejemplo, podemos destacar cuando ponderan el valor de la unión conyugal según el plan de Dios o esa frase de Larissa tan contundente como evidente por lo que está haciendo con amor: «Cuando él ya no podía hablar sabía que me amaba y eso era lo importante. Simplemente orábamos para casarnos algún día».
Definitivamente un gran testimonio que rompe esquemas para los que conciben el matrimonio como un mero atraerse físicamente. Con razón pueden decir: «Podemos amarnos el uno al otro con un amor que refleja a Cristo por la incapacidad de Ian y entender eso un poco mejor que si estuviese saludable».
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