Los ataques a la Iglesia suelen tener efectos positivos… además de los negativos. Es decir, que no se puede negar el mal provocado por la persecución, pero tampoco se puede obviar el bien que Dios saca de ella. El caso de los países del Este de Europa es claro: no se puede negar la devastación y el daño infligidos por décadas de comunismo, pero también es cierto que muchos cristianos dejaron atrás sus tibiezas, aprendieron a confiar más en Dios y fueron más santos. Lo decía Tertuliano: la sangre de los mártires es semilla de cristianos.

En Estados Unidos no hemos llegado al martirio, pero Obama está apretando las clavijas con el mandato para que las instituciones religiosas se vean obligadas a contratar seguros médicos que incluyan esterilización, anticoncepción y abortivos para sus empleados. Un gravísimo atentado a la libertad del que ya he escrito aquí, aquí y aquí. Ahora nos llega la noticia de que este ataque ha unido a católicos y evangélicos, que están uniendo esfuerzos para desbaratar las pretensiones de Obama. Según informa Christianity Today, una revista protestante, tres universidades evangélicas, Colorado Christian University, Louisiana College y Geneva College acaban de unirse a las universidades católicas que han presentado una denuncia ante los tribunales contra la nueva normativa. Una muy buena noticia que amplía el campo de batalla contra la norma liberticida que la administración Obama quiere imponer.