Una de tantas curiosas advocaciones de la Virgen como en el mundo existen es ésta que se da en llamar Nuestra Señora de la Soledad, o más comúnmente, Virgen de la Soledad. Una soledad que no es otra que aquélla en la que queda María desde que Jesús es crucificado y hasta que el domingo, resucita. Su onomástica se celebra en fechas muy diversas, desde el 15 de septiembre hasta el 18 de diciembre en Méjico, aunque existe tradición de hacerlo en Semana Santa, desde el viernes santo a las 15:00 hs. en que Jesucristo expira en la cruz, hasta el domingo en que resucita, convirtiéndose de esta manera en la onomástica de más larga duración: 33 horas, las que tiene Vd. para felicitar a toda Sol, Sole o Soledad que conozca.
 
            Nuestra Señora de la Soledad es una variante de la advocación de la Virgen de los Dolores, y según parece, su devoción se inicia en Francia, de donde la trae a España, donde alcanzará su esplendor, una de las muchas reinas francesas que los españoles nos hemos dado, concretamente Isabel de Valois, la encantadora hija de Enrique II de Francia y Catalina de Médici, que casó con Felipe II de España, a quien dio momentos de gran felicidad, y cuya españolización fue tan notable que cuando su marido la mandó a negociar en nombre de la Corona española con su propia madre Catalina de Medici, ésta no pudo evitar reprenderla: “¡Muy española me venís!”.
 
            La primera imagen de Nuestra Señora de la Soledad en España habría sido la talla realizada por el escultor español Gaspar Becerra (15201570) para el convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid, hoy desaparecida, de la que apenas nos queda alguna representación pictórica. Muy venerada es la Virgen de la Soledad de la Portería Coronada de Las Palmas de Gran Canaria, posible regalo de la Reina Católica y que, aunque anterior a la introducción de la advocación en España, podría haberse unido a ella con ocasión de la llegada a España de Isabel de Valois. Registra también gran devoción en Salamanca, donde en 1645 el gremio de zapateros funda la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, con sede en la Catedral Nueva, con la finalidad entre otras de asistir a los condenados a muerte.
 
            Desde España, la tradición de la Soledad se difunde hacia muchos otros lugares del mundo. Isabel Clara Eugenia de Austria, hija de Isabel de Valois, la hija favorita de Felipe II por cierto, la introduce durante su regencia (15981621) en Flandes, donde se venera la famosa imagen de la Virgen de la Soledad de Amberes. En la América Hispana es patrona de Oaxaca (Méjico) donde según se cuenta, un burrito sin dueño ni origen conocidos, cayó muerto por el peso de una carga cuya naturaleza tampoco se conocía, descubriendo los que la abrieron que no era otra cosa que una imagen de la Virgen de la Soledad. En Arizona se funda un convento de Nuestra Señora de la Soledad vinculado a las clarisas. Y en Filipinas Nuestra Señora de la Soledad de Porta Vaga es patrona de Cavite.
 
            El reciente premio Príncipe de Asturias, el compositor Leonard Cohen, le dedica una canción:

 
  
            Si quiere Vd. acompañar al compositor del sombrero y de la voz ronca, puede Vd. hacerlo, que ésta es la letra:
 
All summer long she touched me.  [Todo el verano me estuvo llamando.]
She gathered in my soul  [Reunió en mi alma]
from many a thorn, from many thickets  [de muchas espinas, de muchos matojos]
her fingers, like a weaver´s  [sus dedos como los de una tejedora]
quick and cool  [rápidos y amables.]
 
And the light came from her body.  [Y emanó la luz de su cuerpo.]
And the night went through her grace.  [Y la noche atravesó por su gracia.]
All summer long she touched me  [Todo el verano me estuvo llamando]
and I knew her, I knew her  [y la conocí, la conocí]
face to face.  [cara a cara.]

And her dress was blue and silver, 
[Y su vestido era azul y plata,]
and her words were few and small.  [y sus palabras fueron pocas y breves.]
She is the vessel of the whole wide world  [Ella es el vaso del ancho mundo]
Mistress, oh mistress,  [Señora, oh Señora,]
of us all.  [de todos nosotros.]
 
Dearly dead, Queen of Solitude,  [Tiernamente, Reina de la Soledad,]
I thank you with my heart  [te agradezco de todo corazón]
for keeping me so close to Thee, [por guardarme tan cerca de Ti,]
while so many, oh so many,  [mientras tantos, ¡ay tantos!,]
stood apart.  [se alejaban.]
 
And the light came from her body,  [Y emanó la luz de su cuerpo,]
and the night went through her grace.  [y la noche atravesó por su gracia.]
All summer long she touched me.  [Todo el verano me estuvo llamando.]
I knew her, I knew her  [La conocí, la conocí]
face to face.  [cara a cara.]
 
            Con ella me despido por hoy, no sin felicitar por mi parte a las muchas amigas Sol y Soledad con cuya amistad me precio.
 
 
            ©L.A.
           
 
 
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