En la Sagrada Escritura (Biblia) está condensada la sabiduría divina. Casi siempre la sabiduría humana, experiencia o sentido común, coinciden o se inspiran en la Biblia.

Quien con fe o sin ella se acerca por ejemplo al Libro del Eclesiastés podrá leer cosas tan ciertas y aleccionadoras, como las que a continuación trascribo textualmente: “¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad¡. ¿Qué saca el hombre de todas sus fatigas que lo cansan bajo el sol?. Una generación va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento. Todos los ríos caminan al mar y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar.

Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír. Lo que pasó eso pasará; lo que sucedió eso sucederá: Nada hay nuevo bajo el sol. Si de algo de dice: “Mira, eso es nuevo” ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores…

Examiné todas las acciones que se hacen bajo el sol: todo es vanidad y caza del viento, torcedura imposible de enderezar, pérdida imposible de calcular”…

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN