La caja, que mide 2,2 cms. de largo por . de ancho y está hecha de un hueso de un animal de gran tamaño (buey, camello o caballo), se abre e incluye dos piezas planas, cada una de las cuales lleva un dibujo coloreado. Según Iana Tchekhanovets, directora de la excavación junto con el Dr. Dorón Ben Ami de de Antigüedades de Israel: “El uso de iconos para la oración fuera de la iglesia es un fenómeno conocido en el mundo cristiano ya desde el siglo V d.EC.
Sin embargo, las reliquias sagradas pintadas que datan de la época bizantina que fueron descubiertos aquí, en Tierra Santa, son extremadamente raras, haciendo de este un descubrimiento de excepcional importancia. La caja fue descubierta intacta, además de una pequeña grieta, y el hecho de que estaba herméticamente cerrada, “garantizaba la preservación de los dibujos en los paneles interiores de la reliquia”.
La imagen de un hombre con barba sobre fondo de oro se representa en el dibujo en la parte interior de la caja. Su rostro estaba parcialmente conservado, a pesar de que es posible discernir su forma general, el tono oscuro de su pelo y su ojo izquierdo. Los detalles de su vestido se puedem identificar e incluyen un manto blanco con una mancha de color rosa situada en su hombro derecho, casi con toda seguridad una túnica blanca y rayas moradas. La preservación del dibujo en el interior de la tapa de la caja era aún más fragmentaria.
Del resto de los detalles es posible reconstruir la forma de una figura más pequeña, probablemente una mujer envuelta en un vestido azul, sobre fondo de oro. El rostro de la figura no se ha conservado, pese a lo cual podemos discernir las líneas de cabello (o un pañuelo en la cabeza), la barbilla, el cuello y parte del hombro izquierdo.
En ausencia de un mecanismo de suspensión de la reliquia, se puede asumir que el pequeño objeto se conservaba en una pequeña bolsa de tela. En cuevas selladas que fueron excavadas en Moshchevaya Balka, en el Cáucaso Norte de Rusia, pequeñas bolsas de tela como este se han conservado intactas. Estas entre otras cosas, fueron encontradas en los cuerpos de los fallecidos.
Con base en el contexto en que fueron descubiertas, se determinó que los hombres las llevaban en un cinturón alrededor de su cintura y las mujeres las llevaban en la parte superior de su vestido.
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