Por Mariate Aragonés.
 
 
            Estoy feliz, feliz con mayúsculas, por fin he conseguido dejarlo y casi sin enterarme…
 
            La verdad es que después de ver la analítica y las placas me quedé de piedra: más de cincuenta años ya “dándole al petardillo”, como yo digo; casi 1000 de metahemoglobinemia, 857 para ser exactos. Y aunque ha sido interesante, y aunque me ha dado mucho más de lo que acostumbra a reconocerse, me he dicho: a lo mejor es el momento de dejarlo y empezar a pensar en otras cosas.
 
            Para ser sinceros, lo he intentado varias veces, creo que hasta trece exactamente. Algunas veces sólo pensé dejarlo dos semanas; otras, dos meses… pero nada, ¡¡¡que esto del “petardillo”, como yo digo, engancha!!! A decir verdad, creo que sólo lo hacía para llamar la atención, y que nunca lo dije en serio.
 
            Esta vez en cambio, sí va en serio, y estoy encantada. ¡¡¡Llevo ya cinco días!!! ¡¡¡Cinco días sin echar “un petardillo”, como yo digo!!! Y eso que tengo que reconocer que guardo un arsenal en casa. ¡Hasta puros tengo en la nevera, tytadine del bueno! Muchos me dicen que los tire o que los devuelva, que mientras guarde ese "polvorín", no se creen nada... Pero es lo que yo digo: “¿Y si los necesito algún día? ¡Deja, deja, de momento guárdatelos, nena, que una nunca sabe si mañana te vas a arrepentir, o las cosas no salen como te esperas, y tienes que volver “al petardillo”, como yo digo!”.
 
            Hay amigos que al contarles que lo he dejado, hasta se han emocionado… ¿pues no se han echado a llorar los muy tontos? Ahora bien, ¡qué sería de mí sin ellos! Porque la verdad, no todos son tan enrollaos. Ahí está mi médico de cabecera, ese facha carrozón… que si no lo voy a conseguir, que si qué voy a hacer con todo el polvorín que almaceno en casa, que si las lesiones son irreversibles, que si habrá que trabajar duro para reparar el mucho daño causado, que si cinco días no bastan pa decir que lo he dejado, que si ya lo he dicho antes tantas veces...
 
            He seguido un tratamiento muy bueno, recomendado por todos los organismos internacionales que conocen del tema. ¡Si hasta sale en la tele! ¡Sí, sí, ese que anuncian el Kofi Anann y el Gerry Adams! El que me lo lleva, ese sí que es un tío muy enrollao, con un equipo de gente muy implicada y profesional. Me ha dicho que no me preocupe; que a pesar de llevar cincuenta años ya amarrada “al petardillo”, como digo yo, que todo es reversible. Que basta con que ponga un poco de mi parte y ¡chas! ¡como si no me hubiera echado un peta en mi vida! ¡Vamos, que me va salir gratis! Al fin y al cabo ¿acaso le he hecho daño a alguien? Alguna víctima pasiva, no digo que no, recuerdo una vez que me metí en un cuartel dale que te pego "al petardillo", como yo digo, y no había más que niños... la gente se enfadó. En fin, dejémoslo en "daños colaterales", ¡qué se le va a hacer! Tampoco es para tanto.
 
            De momento, ahí me tienen, socia de un club de no fumadores desde hace cinco días, y ya doy lecciones de lo que hay que hacer. Un poco aburridos ya son, pero bueno, por intentar que no quede... Que pa volver siempre hay tiempo. “A los petardillos”, como digo yo. Que de algo hay que morir. Yo y los demás, ¿o no?
 
 
            M. A.
 
 
 
 
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