Hoy estamos de cumpleaños: hace exactamente un año que iniciamos este blog.

Y resulta además que también estamos de “centenario”: pues hoy celebramos que se cuelga el post número 100, con el que casi alcanzaremos las 100.000 visitas. ¡Quien nos lo iba a decir!

Por eso hoy escribimos sobre el CIENTO POR UNO

Es esta una de esas enseñanzas del Evangelio que, a veces,  parece haber caído en el olvido de algunos. Y mira que es importante.

Leamos, primero de todo, lo que dijo Cristo y después saquemos la conclusión:

Jesús dijo: Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. (Mc 10, 29-30)

·        Veamos:

Dice “yo os aseguro”, es decir, nos lo asegura Cristo. ¡Nada menos!

·        Dice que si alguno de nosotros le “damos” uno, Él nos dará ciento

·        Añade que será aquí en la tierra, es decir ¡ahora!

·        Y que después será eterno en el Cielo

No parece que la cosa requiera mayor explicación, pero por si acaso conviene destacar alguna versión “pseudo-interpretativa”. Siempre me ha llamado la atención que cuando se cita este párrafo del Evangelio salga alguno interpretando que Nuestro Señor se refería en él exclusivamente a los que abandonan casa, hacienda y padres y escogen la vida consagrada. No se entendería entonces el “nadie que haya dejado hijos…” ni el “quedará sin recibir casas, hijos y hacienda".

Y, por cierto,  para aquellos que piensen que la cosa es todo un cholllo que no olviden lo de “…con persecuciones”.

En fin nosotros, los mosqueteros,  todas estas enseñanzas, con la Iglesia, nos las creemos a pies juntillas.
Por eso nos gusta contarlas y escribirlas para que se sepan.

Y aunque no sean más que un "uno por ciento" de lo que debiéramos decir, no dejaremos por ello de dedicar  el “ciento” que hoy celebramos,  por el Amor y la Gloria… sólo de Uno.

Los Tres Mosqueteros