Con el artículo vitriólico publicado en el País, sobre la JMJ, el Papa, Rouco, la Iglesia, los Jóvenes etc, Javier Marías, se ha cortado la coleta como intelectual y se ha situado sin pudor alguno, ni respeto a sí mismo, en lo más bajo del ranking de escritores de hoy.

Desde los tiempos de Fco. Umbral, pero con un estilo menos elegante y mucho más visceral, en los medios de este país, no se habían vuelto a ver publicados, semejantes desatinos, imposibles de reproducir por respeto a los lectores normales.

Muy mala bilis debía tener el escritor para vomitar tales insultos, descalificaciones, incongruencias y falsedades contra la Iglesia, el Papa, la Jerarquía y todo lo religioso. Ni el impío escritor Voltaire, en tiempos de la Revolución francesa, se atrevió a publicar tales aseveraciones ofensivas contra lo religioso, que descalifican a cualquier escribiente y mucho más al hijo del inolvidable Julián Marías, católico eximio a “marcha martillo” y padre de Javier.

Me uno en la oración de millares de católicos, pidiendo que su progenitor, desde el más allá, interceda para que Dios Padre y su Hijo Jesucristo, iluminen y conviertan al hijo amado y bautizado en la fe cristiana.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN