Tras la intensa jornada de la reunión de blogueros con el Papa, toca hace un primer estado de cuentas:

Puede parecer que estar en torno a 50 blogueros sea una cifra escasa, pero la transmisión del evento por streaming en internet, nos permitió llegar a 350 más alrededor del mundo. Esa fue la audiencia virtual que tuvimos en el encuentro. Dentro de esta audiencia virtual hubo muchos otros blogueros que no les fue posible acercarse por diversidad de motivos y que no por ello estuvieron lejos de nosotros. Entre ellos estoy seguro que amigos del otro lado del "Charco" como mi amiga Maricruz Tasies en Costa Rica.

 Otra nota a reseñar fue el calor y no me refiero al atmosférico, sino al calor de la cercanía de todos nosotros. Conocer en vivo a personas que desde hace años sigues y lees es un experiencia inolvidable. Entre ellos, Carmen Bellver, Luis Javier Moxó, Juanjo Romero eran dos "viejos" conocidos virtuales que el Señor me ha permitido conocer en vivo. A otros amigos virtuales de menos tiempo, pero no menos entrañables, como D. Joan Carreras, Cristina Llano, su esposo Mauricio Traeger, D. Lluciá Pou,  Salvador Pérez, y muchos más blogueros que he conocido en el lugar.

Las ponencia a cargo de Francisco Pérez Latre de la Universidad de Navarra nos introdujo en el mundo de la comunicación y los resortes que encontramos dentro de la red. Nos ofreció una bibliografía básica para el bloguero. El tercer ponente, Rafael Arasa de la Universidad de Santa Croce, estuvo centrada en qué desafíos y ventajas tenemos los blogueros católicos al sumergirnos en los medios sociales. La ponencia de D. Joan Carreras sobre la Familia 2.0 nos acercó a las consideraciones que una familia actual debe de hacerse sobre la comunicación tradicional y las posibilidades que se nos ofrecen mediante las nuevas tecnologías.

Las cuatro mesas fueron muy interesantes. La de la cultura de la vida nos mostró la cruda realidad de la lucha para que los niños concebidos no se vean en peligro de muerte provocada por la ideología dominante. Los testimonios de los blogueros fueron maravillosos e impactantes.

La mesa sobre la familia, fue sorprendente. Desde los blogs se puede hacer familia católica y se puede hacer con llenando la vida familiar de alegría y creatividad. La mesa de evangelización y catequesis nos enseñó cuantas formas y maneras son posibles para acercar desde un blog el mensaje de Cristo. Por último, la mesa en la mesa de cultura y sociedad intentamos mostrar que es posible dar testimonio cristiano desde la actualidad y en diálogo con el mundo.

Las conclusiones fueron evidentes: este encuentro debe continuarse y ampliarse. Es necesario ampliar la colaboración en la red para hacernos más visibles y dar mejor testimonio de nuestra Fe. El momento ideal sería en la próxima JMJ y deberíamos utilizar las nuevas tecnologías para hacer más fácil y ágil la participación de todos. Podríamos utilizar la página www.cumpetro.com para centralizar nuestras actividades y proyectos.

Para finalizar se celebró una preciosa misa en la que oramos por el alma del familiar fallecido de D. Tomas de la Torre.

Pero frente a la esperanza que fluyó continuamente por nuestro encuentro, me encuentro con la noticia del desalojo de los católicos de la plaza del Sol.

Frente a los gritos de alegría, bailes y canciones de los jóvenes de la JMJ, los manifestantes corearon consignas como: "Cuidado con los niños, que viene el Papa", "Menos religión y más educación", "Esta no es la juventud del Papa", "Esa manifa es ilegal" y otras más soeces. Terminaron por echar a empujones a los jóvenes que estaban allí.  Cada cual se evidencia lo que tiene y lo que le falta.

¿Quienes hablan en negativo y quienes en positivo? ¿Quiénes miran al futuro con esperanza y confianza en el ser humano y quiénes recelan de los quienes piensan diferente? ¿Quiénes llevan alas de alegría en el corazón y quiénes lo llevan cargado de plomo?

Solo resta gritar Viva Cristo que nos libera de la esclavitud y nos llena de alegría. Viva el Papa que nos une como un solo pueblo universal lleno de esperanza. Señores laicistas, háganse un favor y dejen sus prejuicios ideológicos y mírense. ¿No se dan pena? Rompan las cadenas que les atan a vernos como enemigos y llenen su alma de Esperanza.