Para finalizar con este relato de mi viaje, he decidido hacerlo viendo con mayor profundidad las tendencias, características y ecumenismo en la Iglesia anglicana. Y por eso he acudido a tres fuentes, para mí muy apreciadas y fiables: La primera son los apuntes de mi profesor de “Ecumenismo y Diálogo interreligioso”, el sacerdote Dr. D. José Ramón Díaz Sánchez-Cid,   del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Santa María de Toledo. La segunda son las publicaciones e informes que elabora periódicamente el Centro Ecuménico de Madrid, de las Misioneras de la Unidad. La tercera, la agencia de noticias Zenit.

Sobre las tendencias de la Iglesia anglicana encontramos que son tres:

La Iglesia Alta (High Church). Acentúa los elementos catolicizantes, tendiendo, como ya sucedió en el Movimiento de Oxford, a lo contrario que pretendían los puritanos: intentan acercar la doctrina a lo católico. Un hombre de esta tendencia, el arzobispo de Canterbury, Ramsey, consigue, en tiempos del Concilio Vaticano II y de Pablo VI, el momento de mayor acercamiento a la Iglesia Católica.

La Iglesia Baja (Low Church). Acentúa lo protestante, y difumina, en la medida en que el ambiente lo permite, el peso de las estructuras católicas.


La Iglesia Amplia o Ancha (Broad Church). No tiene gran repercusión en el pueblo. La representa una élite de intelectuales con una mentalidad semejante a la de la teología protestante liberal como existe en las universidades alemanas. No tiene como punto de referencia a Lutero y Calvino, sino que representa un aspecto doctrinal muy amplio que coincide con la heterogeneidad de las posiciones de los teólogos protestantes liberales.

Toda esta división obliga a los fieles a tener que llevar su vida cristiana eligiendo una parroquia cuya tendencia corresponda a sus persuasiones personales.

Las características del anglicanismo son básicamente las once siguientes:

1.    La Sagrada Escritura es la única regla de fe.

2.    Los 39 Artículos de fe, sin ser rechazados oficialmente, han caído en desuso en algunas Iglesias de la comunión anglicana.

3.    Se reconoce el lugar privilegiado que María tiene en la historia de la salvación debido a su maternidad divina, pero rechazan los dogmas católicos marianos de la Inmaculada Concepción y de la Asunción. En ciertos sectores anglicanos (de la High Church) se venera a la Virgen y a los santos. En bastantes espacios anglicanos no hay, sin embargo, lugar para tales veneraciones.

4.    Sólo la redención de Jesucristo ha conseguido el perdón para la humanidad.

5.    Se admite el triple ministerio del diaconado, presbiterado y episcopado.

6.    El famoso cuadrilátero de Lambeth (1888) describió como “notas” de la Iglesia las siguientes: la Biblia, la confesión de fe (credos), los sacramentos y el ministerio episcopal.

a.     La Santa Escritura como documento escrito de la revelación hecha por Dios al hombre, y regla y criterio último de fe.

b.    El símbolo de Nicea como exposición suficiente de la fe cristiana, y el símbolo de los apóstoles como profesión bautismal de la fe.

c.     Los sacramentos como institución divina, bautismo y santa comunión, como expresiones válidas para todos en un mismo cuerpo en Cristo.

d.    El ministerio reconocido por cada una de las Iglesias que posee la llamada interior del Espíritu Santo, la misión de Cristo y la autoridad sobre todo el cuerpo de la Iglesia.

7.    Se admiten dos sacramentos: bautismo y eucaristía. La noción anglicana de sacramento incluye el hecho de ser signo eficaz, superándose así la concepción meramente simbólica. Los otros cinco signos, admitidos por católicos y ortodoxos como verdaderos sacramentos, se usan también en el anglicanismo, pero al estar desprovistos de una ordenación divina expresamente recogida en la Nuevo Testamento, no se les concede carácter sacramental.

8.    La eucaristía o cena del Señor sólo puede ser celebrada por un presbítero válidamente ordenado, y siempre usando la lengua vernácula. Se admite la presencia real de Cristo en la eucaristía, pero se evita cualquier definición, con carácter obligatorio, sobre el modo de eta presencia eucarística. La comunión se distribuye siempre bajo las dos especies, y solamente en algunos círculos muy cerrados se reserva el cuerpo de Cristo tras la celebración.

9.    La confirmación suele ser un requisito para acceder a la eucaristía. La penitencia o la confesión sólo se practica en sectores muy determinados del anglicanismo.

10. La vida religiosa, aunque abolida en los tiempos de Eduardo VI por decreto del parlamento, ha ido renaciendo sobre todo a partir del “Movimiento de Oxford”. Hoy existen varias órdenes y congregaciones de vida religiosa, tanto masculinas y femeninas. Las tradiciones principales de estas órdenes anglicanas son: benedictina, franciscana, agustina y algunas de origen netamente anglicano.

11. Las Iglesias anglicanas mantienen el principio de total separación del Estado. La Iglesia de Inglaterra es, sin embargo, una excepción. ES la Iglesia oficial (establecida) desde los tiempos de Enrique VIII, algunos de sus obispos son miembros de la Cámara de los Lores, el rey es coronado en la abadía de Westminster, y se dice, popularmente, que “el soberano es la cabeza de la Iglesia”. Igualmente los obispos son nombrados, previa consulta, por la Corona. Aunque estos hechos hacen jugar a la Iglesia un gran papel en la vida nacional, desde numerosos sectores se dejan sentir voces muy críticas respecto a esta estrecha unión de Iglesia y Estado.  

 

Sobre el ecumenismo entre la Iglesia anglicana y la Iglesia Católica, la agencia de noticias Zenit nos decía, a finales de mayo pasado, lo siguiente: