¡Qué bueno es Dios,
Padre, Maestro, Pastor ...!

¡Qué bien nos conoce!

¡Cómo nos cuida,
con qué cariño y ternura,
y qué bien sabe atender
nuestras necesidades reales!

Conocemos Su Voz entre las voces,
y vamos tras Él, le seguimos.

La mano de Dios nos ampara,
nos protege de todo lo malo,
nos da el pan cotidiano,
y nos envía a manifestar Su Verdad,
a todos los hombres.