¿Quién se atreve
a volver al seno materno,
a nacer de nuevo,
a ser niño?

¿Quién se atreve
a mirar todo
como por vez primera,
con asombro,
con gratitud?

¿Quién se atreve
a sonreír a la vida
venga lo que venga?

¿Quién puede recuperar
esa inocencia,
esa ingenuidad,
y sin embargo
seguir creciendo,
haciéndose fuerte
ante la adversidad?

¿Quién hay que quiera,
de verdad,
escuchar más que hablar,
jugar a la vida,
que no le importen críticas
ni apariencias?

¿Quién hay que quiera
pasárselo bomba,
en esta vida y en la otra?

Si alguien se atreve,
venga conmigo.
Nuestro mundo necesita niños,
locos de amor.