Pulsando en el siguiente enlace podrán leer el relato de cómo el director general de la agencia «101», tras un trabajo de casi dos años, cambió la relación de la Santa Sede con internet:
 
Fue un español quien convenció al Vaticano para que se lanzara a la conquista de las redes sociales
 
 
La frase que más me ha llamado la atención del relato es la siguiente:

 
«Les contamos que si una institución quiere ser relevante tiene que aparecer en las conversaciones de la gente, y que en estos tiempos de vida en tiempo real, el Vaticano necesitaba una mayor agilidad de respuesta»
 

Y la palabra más importante de la frase es relevancia. Relevancia es ser conocido y accesible. Todos sabemos lo importantes que son las teorías atómicas, pero su difícil accebilidad las hacen irrelevantes en la vida cotidiana de las personas. Por contra, resulta que lo que diga una persona intrascendente en un programa de televisión insoportable, es más relevante que las teorías atómicas. ¿Por qué? Porque esta persona es conocida por muchas otras a base de salir en la televisión  y lo que dice está disponible con inmediatez.

¿Es relevante la Iglesia? Para muchas personas la Iglesia es algo lejano, semidesconocido y cuyo mensaje está trasnochado. Resultado: irrelevancia. Incluso para muchos católicos, la Iglesia es igual de irrelevante. Viven su fe en círculos limitados, cerrados o desconectados y auto afirmativos. Lo que dice su obispo o el Papa, resulta innecesario. No les importa. No es relevante para ellos. Mientras su iglesia tiene una cómoda escala personal, la dimensión de la Iglesia universal les aturde. Cuando este cómoda iglesia personal tiende a entenderse como la Iglesia, aparecen los frecuentes problemas de contrastes y entendimientos que nos separan.

Tal como se comenta en el artículo, el Vaticano se plantea el problema de la relevancia y la necesidad de buscar cómo ganar relevancia rápidamente. Entrar en las conversiones de las personas, posibilitando que otras muchas hablen de ti, de tus ideas, de lo que haces. En otras palabras, entrar en las redes sociales reales. Ese está siendo el gran reto de la Iglesia en este comienzo de siglo XXI: volver a ser relevante.

Para ser relevante el mejor acceso que tenemos es internet y allí hay dos piezas clave: 
 
  1. Los buscadores y en concreto google. Si buscamos una palabra o una frase, los diez primeros enlaces son los que indican la relevancia en ese tema. ¿Por qué? Porque el 90% de las personas accede a uno o varios de ellos. Si la Iglesia aparece en las búsquedas de temas importantes y lo hace en estos 10 primeros puestos, es que su opinión es relevante.
  2. Redes sociales virtuales. Esta redes unen a muchas personas y son un medio de comunicación cada vez más importante. Para acceder a estas redes hacen falta noticias, vídeos, sonidos,... es decir, accesibilidad multimedia.
Pero la entrada en los buscadores y en las redes sociales no es automática. De hecho son necesarios agentes que sean, por si mismos relevantes y que transporten la voz de la Iglesia a través suya.
 
En la reunión de bloggers en el Vaticano, el P. Federico Lombardi indicó que los bloggers eramos la opinión pública de la Iglesia. Los que decimos en nuestros blogs penetra en los buscadores y en las redes sociales mucha facilidad. Nuestra relevancia debe trabajar para la Iglesia. Muchas de nuestras entradas y frases aparecen con rapidez en esa franja de 10 enlaces, además, nuestros artículos circulan a toda velocidad por la red. 

Créanme, esto que tan rápidamente se dice deposita un inmensa responsabilidad en nuestros hombros.

Si usted tiene un blog católico, mire de vez en cuando la relevancia de las entradas de su blog. A lo mejor aparece en el Nº 1 de una de ellas. Esto significa que lo que usted haya dicho será lo que la mayoría de personas entiendan como la voz de la Iglesia. ¿Comprende ahora la responsabilidad?  Dios envíe su Espíritu nuestra ayuda.