Dios creador absoluto y único, de todo lo visible y lo invisible, según reza nuestro Credo…, es la única fuente de amor sobrenatural, del cual se generan todos los demás amores humanos lícitos, no los que nos hemos inventado, los sinvergüenzas de los hombres. El amor con que nosotros le amamos a Él no lo generamos nosotros, sino que es Él mismo, quien lo genera y nos lo dona, cuando nosotros deseamos amarle. Por ello San Juan en su primera epístola, nos dice: