Aunque uno lo “disfrace” con dudas, razones, argumentos filosóficos, malas experiencias, objeciones insalvables, etc.  los motivos que llevan a alguien a no interesarse y tomarse en serio esto del cristianismo vienen a ser una especie de contabilidad de costes parecida a esta:

Si  soy cristiano:

Y además empezarán:

Como comprenderán ante este particular balance de pérdidas y ganancias el resultado no puede ser otro:

"Así que paso… además yo soy buena gente. Y eso es lo importante".

Y es que habría que revisar a fondo cada una de las partidas de ese balance: las del Debe y las del Haber.

Pues bien, conseguir desenmascarar, revisar y ajustar realmente esa “contabilidad de costes” es en lo que consiste evangelizar, al menos en un primer momento.

Y puestos a ello, y por seguir con esto de los costes, se me viene a la memoria ese sabio lema: 

Si es costoso ser cristiano… mucho más costoso es no serlo.

Apunten la frase.  Dará mucho juego.

Porthos