“Tonight I’m fucking you” estaba destinado a ser el nuevo éxito de Enrique Iglesias. Sin embargo, hasta la misma discográfica Polydor que edita el disco se negó a que en la canción se utilizaran tan explícitas palabras (no necesito decir a mis lectores el significado de “fucking”, que más que del inglés forma parte ya de la gran lengua franca universal), sustituyéndolas por “Tonight I’m loving you”, título y estribillo de la nueva canción.
 
            Si por lo que se refiere al texto de la canción la discográfica se echó para atrás, a la hora de realizar el videoclip la cosa ha sido muy diferente, pues se trata de una producción muy obvia, con escenas algo más que evidentes de sexo explícito, entre las cuales una orgía de la que es protagonista el cantante en una habitación de hotel, o el encuentro erótico entre dos mujeres que cierra el videoclip.
 
            Pues bien, en nuestra admirada y desinhibida Francia, el videoclip en cuestión ha sido censurado por el órgano competente llamado Consejo Superior Audiovisual, el cual ha prohibido su exhibición antes de las 22:00 hs en las televisiones, recordando que la televisión es el principal medio de comunicación utilizado por los menores de 12 años, y que los clips publicitarios de éxitos musicales se hallan entre los cortes con mayor atractivo entre los preadolescentes.
 
            No es la primera vez que nuestro compatriota Enrique Iglesias registra algún encontronazo con la censura, pues ya en el año 2000, la cadena norteamericana MTV le vetó un vídeo en el que versionando el conocidísimo y precioso éxito de Bruce Springsteen, “Sad Eyes”, aparecía de espaldas masturbándose, mientras la cámara mostraba cómo contemplaba en televisión un anuncio de contactos cuya protagonista era la estrella del porno Cassidey.
 
            El caso de la familia Iglesias ilustra perfectamente lo que España ha sido y lo que España es; lo que España exportaba y lo que exporta; por lo que España era conocida y por lo que lo es ahora; dándose la circunstancia, sobradamente conocida, de que el joven cantante español sea, como lo es, el hijo de uno de los artistas que mejor y con más éxito ha interpretado los temas más románticos, con un reconocimiento que no conoce fronteras y que, precisamente en España, es donde con mayor encono y rabia le ha sido discutido. Un romanticismo que en el caso del hijo, se ha visto sustituido por el aparentemente más rentable y productivo sexo explícito, que es con el que acostumbra a acompañar cada una de sus realizaciones.
 
 
 
 
 
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