De lo que llevamos de s. XXI desde luego, pero también del siglo pasado, el s. XX, si no fuera por la del año 1943, que lo fue aún más. Pero vayamos por partes.
 
            El pasado lunes fue, como saben todos los que siguen esta columna, la luna llena que marca la Semana Santa de este año. Recordarán Vds. que la regla era que la semana Santa de cada año es aquélla cuyo Domingo de Resurrección es el que sigue a la primera luna llena después del equinoccio de primavera. Como el equinoccio de primavera este año ha ocurrido el 20 de marzo, la primera luna llena posterior ha sido la ocurrida el pasado lunes 18 de abril. Por lo que el próximo domingo, 24 de abril, queda establecido como el Domingo de Resurrección de la Semana Santa de 2011.
 
            Pues bien, como les digo al principio, se trata de una Pascua muy tardía, sumamente tardía. A diferencia de la de 2008, hace tres años, que fue la más temprana imaginable, ya que cayó el Domingo de Resurrección el 23 de marzo (cosa que volverá a ocurrir en 2079, y había ocurrido antes, en 1905). No es, sin embargo, la más tardía, porque el equinoccio puede llegar a producirse, según el año, también el 21 de marzo, con lo que el Domingo de Resurrección puede llegar a caer el 25 de abril. Pero sí, la segunda más tardía.
 
            Les voy a dar algunos datos curiosos: la que celebramos este año es la Semana Santa más tardía de nuestros treinta y seis años de democracia. Para mí, que no soy ya ningún chaval, es la más tardía que he celebrado nunca. Para encontrar una Semana Santa aún más tardía, es preciso remontarse al año 1943, hace pues, sesenta y ocho años, en que el Domingo de Resurrección cayó en 25 de abril, la más tardía posible. Y antes, al año 1886. Encontrarse un Domingo de Resurrección que haya caído en 24 de abril, como ocurrirá este año, es aún más difícil, y para ello es preciso remontarse... ¡a 1859! Y antes a 1791. La que celebramos este año es, pues, la segunda Semana Santa más tardía del último siglo.
 
            En cuanto a los años por venir, volveremos a tener una Semana Santa como la de este año en 2095, y para los que no crean poder llegar a verla (yo sí espero hacerlo), no desesperen, que tendremos una aún más tardía que la de este año en 2038: una Pascua en la que el Domingo de Resurrección volverá a caer el 25 de abril, como ya ocurrió antes en 1943.

            Disfruten pues, queridos amigos, de esta Pascua prácticamente veraniega, y dediquen, si quiera un momento, a la reflexión, a la paz y al sosiego al que las fechas invitan. Y por hoy, que tengan Vds. un muy feliz Jueves Santo. Aunque sea tan tardío.
 
 
 
 
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