«Perdonadme, oh mis amados Jesús y Madre María por haber seguido mi propia voluntad en el asunto de mi ordenación». Esta frase está extractada de una oración un poco más amplia que cobra un valor todavía más significativo al formularla la persona que la dijo.
 
Norma Jean Coon fue ampliamente conocida después que el 22 de julio de 2007 recibiera una «ordenación» inválida como «diaconisa». Por entonces pertenecía a la Roman Catholic Womenpriest, una organización feminista que reivindica el «derecho» de las mujeres a ser ordenadas «sacerdotisas» en la Iglesia católica. Aquella «ordenación» de 2007 le valió la ex comunión a Norma y a otras participantes.
 
Durante los estudios realizados por Norma, se dio cuenta que había cometido un grave error. Pasadas dos semanas de aquel acto cismático renunció a la Roman Catholic Womenpriest y comenzó un itinerario espiritual para regresar al seno de la Iglesia donde fue bautizada.
 
El 8 de febrero de 2011 lanzó una página personal que venía a ser el culmen exterior definitivo donde quedaba manifestado su pesar por aquel acto de 2007 (se puede ver en este enlace ). Ahí se puede leer la oración tan sentida de la cual hemos tomado el fragmento inicial. En el portal también dice: «Padre Santo, te pido que bendigas a mi obispo, mi pastor y los presbíteros de Roma que me han ayudado en el proceso de mi reintegración a la Iglesia Católica Romana». Y a continuación dice: «Perdónanos por caer en desobediencia y enriquécenos con tu santo amor».
 

Este testimonio de humildad, arrepentimiento y fe es por sí mismo elocuente.

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