El Presidente Obama ha declarado antier miércoles que en adelante, el Ministerio Fiscal norteamericano no sostendrá más la ley que reserva la institución matrimonial a personas de distinto sexo, lo que más allá del fondo de la cuestión, la legalización o no del matrimonio homosexual en los Estados Unidos, se antoja un procedimiento extraño para ignorar dicha ley, con más de una posible lectura.
 
            En primer lugar, la que tiene que ver con un compromiso tácito y escondido de la Presidencia a favor de una causa, la del matrimonio de homosexuales, que, sin embargo, no se atreve a plantear donde debería hacerlo, a saber, en las cámaras legislativas federales, órgano de representación y de la soberanía nacional.
 
            La segunda, la utilización de un órgano del tercer poder, el judicial, cual es la fiscalía, en la obtención de objetivos políticos estrechamente vinculados a los deseos y fines de otro poder diferente, el ejecutivo. Un recurso torticero y desvirtuado del que tanto hemos visto abusar, con funestas consecuencias, en este país de nuestros desvelos que es España. Lo que si, por un lado, demuestra que eso de la independencia del poder judicial dista mucho de ser una realidad incluso en la que sigo pensando es la catedral de la democracia, los Estados Unidos, por otro, demuestra también, y no menos, eso que cada vez se oye decir por ahí en el sentido de que Obama se parece cada vez más a nuestro ZP. No, si al final, ZP crea escuela. ¡Manda hu... como decía aquél!
 
            Lo que demuestra que Obama, como toda la pléyade de mesías e ingenieros sociales que pretenden arreglarnos el mundo a golpe de decreto, están dispuestos a hacer imaginativos esfuerzos de ingeniería constitucional también para conseguir lo que pretenden, y que respetan bastante poco las instituciones concebidas para, precisamente, canalizar y expresar la voluntad popular.
 
            Por lo que se refiere a la situación actual del matrimonio homosexual en Estados Unidos, cabe calificarla como de desigual. La Ley de matrimonio (Marriage Act) votada en 1996, define éste como la unión de un hombre y una mujer. Lo que no obsta para que algunos estados de la Unión autoricen el matrimonio homosexual, Connecticut, Massachussets, Iowa, New Hampshire, Vermont y el distrito de Colombia, todos ellos menos Iowa en el este, y en general, de fuerte adscripción demócrata. Con las dificultades que tal duplicidad legislativa en los distintos estados de la Unión puede llegar a producir en cuestiones como herencias, régimen matrimonial, rentas, etc..
 
 
 
 
 
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