En no pocos países la educación está sirviendo como canal para que los gobiernos impongan la visión del mundo que ellos quieren. España, México o, más recientemente, Bolivia, son algunos casos concretos.
 
El siguiente video evidencia lo que un profesor puede imponer como ideología a sus estudiantes (en este caso la inexistencia de Dios). Por fortuna, en este caso uno de los alumnos puso entre la espada y la pared al enseñante. El niño se llamaba Albert Einstein.



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