Cuando en 1986 (se cumplían 50 años del inicio de la Guerra Civil española) tuvo lugar en la Catedral de Toledo la reapertura del proceso del Beato Liberio González y de sus compañeros mártires de la persecución religiosa en la Archidiócesis de Toledoel cardenal Marcelo González Martín declaraba: “Conservar y vivir la memoria de los mártires es un deber de cristiano. Queremos encontrar más motivos para amar a la Iglesia, porque cuando se logran estas beatificaciones el corazón se ensancha al contemplar a esta Iglesia, madre fecunda, que en cualquier momento de la historia engendra estos hijos".
Veintidós años después, el 28 de octubre de 2008, en el primer aniversario de la beatificación en Roma de 498 mártires, el cardenal Antonio Cañizares, también en la Catedral de Toledo afirmaba: “Nosotros aquí, esta tarde, en la Santa Iglesia Catedral, como signo de comunión de la Iglesia que peregrina en nuestras tierras diocesanas, damos gracias porque la sangre derramada, como la Cristo, para confesar el nombre de Dios, de los gloriosos mártires" de todos los tiempos, singularmente de los mártires toledanos de los que hoy, en todas nuestras comunidades, hacemos memoria, "manifiesta las maravillas del poder divino"; "pues en su martirio", el Señor "ha sacado fuerza de lo débil, haciendo de la fragilidad" su "propio testimonio" (Cf. Prefacio de Mártires). Aquellos mártires escribieron y rubricaron con su sangre una de las páginas más impresionantes de la fe cristiana y de la Iglesia católica en España. Fueron y constituyen hoy un signo del arraigo y de la vitalidad de la fe, y ofrecen una señal de futuro y esperanza para el tiempo presente, que no se alcanza cuando se vive y camina en el mundo "sin Dios" (Cf. Ef 2,12). Ellos llegaron a conocer a Dios, al Dios verdadero, vivieron de Él y murieron ante Él y por Él, y así recibieron y nos dan la gran esperanza, aquella que entraña que somos definitivamente amados, suceda lo que suceda, por Dios, que es Amor, y que este gran Amor nos espera (Cf. Benedicto XVI, Spe Salvi, 3).
La diseñadora Paula B. Pupo ha elaborado para la Postulación de Toledo este logotipo que nos acompañará a lo largo de todo el 2011 para recordar el testimonio de nuestros mártires…



Desde nuestro blog y aprovechando la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Madrid presentaremos el testimonio de tantos jóvenes (unos beatificados y otros en proceso de beatificación) que derramaron durante la persecución religiosa de los años 30.
Estos jóvenes (seminaristas, noveles sacerdotes, religiosos, seglares, estudiantes, trabajadores en diferentes campos laborales) regaron con su sangre nuestro suelo español, que aprendamos de ellos que nos enseñan, junto al verdadero amor a Jesucristo y a María Santísima, el valor de la entrega en fidelidad.