Acabo de terminar la lectura el libro escrito por mi buen amigo y compañero de editorial Andrés Guijarro y titulado “Los signos del fin de los tiempos según el islam”, que no puedo por menos que recomendar a Vds. por el interés del tema, por lo amenamente que se halla tratado, y por lo ligero de su lectura, a pesar de que el tema parece invitar a lo contrario. En el capítulo de la crítica, sólo le haría una, perfectamente subsanable en las futuras ediciones que le deseo a Andrés tenga su libro: añadir la referencia concreta de todas las muchísimas y variadísimas citas que utiliza.
 
            Analiza Guijarro los signos que el ámbito del islam acompañarán al fin de los tiempos, una preocupación muy acentuada de la religiosidad musulmana y en la que, por cierto, comparte no pocos aspectos con la religiosidad cristiana. Con tan fausto motivo, se adentra el autor en el estudio de la segunda gran fuente del islam, el llamado Hadiz, así, con mayúsculas, obra muy extensa compuesta a su vez de los diversos hadices, estos sí, escritos con minúsculas. Un hadiz no es otra cosa que el relato en pocas palabras de un hecho o un dicho que tiene como protagonista directo al Enviado, esto es, a Mahoma. No debe confundirse con el Corán, que, por el contrario, es el relato de la revelación que le hizo a Mahoma el Arcángel San Gabriel en sus diversas apariciones producidas a partir del año 610. Un hadiz consta siempre de dos partes: el isnad, o cadena de autores existente entre el que recabó el evento y el que lo publica y que es el que le otorga autenticidad (reviste una forma similar a “dice Mustafá que le oyó decir a Alí que le oyó decir a Yusuf que dijo el Profeta”), y el matn, o contenido propiamente de la historia.
 
            Hechas estas advertencias previas, les dejo ya a Vds. con algunos de los hadices que Guijarro aporta en su interesantísima obra, los cuales ilustran la manera en la que los musulmanes visualizan el aspecto que revestirá el fin de los tiempos. Hago la advertencia de que si bien muchos de estos hadices estaban ya traducidos al español, otros están traducidos a nuestro idioma por primera vez y directamente del árabe, gracias, precisamente, a la generosa labor de investigación realizada por Andrés Guijarro:
 
            “Algunos de los signos que tendrán lugar antes de la Hora [término árabe para denominar el momento del fin del mundo] son:
            La pérdida de la oración, la gente será dominada por los deseos materiales, se sentirá atraída hacia las falsas ideas, respetará a los adinerados y venderá su alma a cambio de este mundo”.
 
            “El mal se mostrará como si fuese lo bueno, y el bien como si fuese el mal; el hombre de confianza será considerado traidor; y el traidor, hombre de confianza; se le dará la razón al mentiroso y se desmentirá al veraz.
            En esa época, las mujeres gobernarán y dirigirán, y eso será una maldición para ellas”.
 
            “Las falsedades y los fraudes serán considerados públicamente genialidades, y la caridad será considerada algo negativo y hasta dañino”.
 
            El hombre no respetará a su padre ni a su madre. La madre será esclava de la hija. Las madres se afligirán por la dureza con que las tratarán sus hijos”.
 
            “La nobleza y valentía de la juventud desaparecerán. No se tendrá compasión con los niños ni respeto por los ancianos. Las personas tendrán apariencia humana pero corazones satánicos.
            Los hombres copularán con los hombres y las mujeres con las mujeres, y machos serán atraídos y seducidos tanto por las mujeres como por otros hombres.
            En su aspecto exterior, los hombres se asemejarán a las mujeres y las mujeres a los hombres”.
 
            “Abundará lo trivial y la frivolidad. La gente prestará una atención inusitada a sus atavíos y su vestimenta. Los divorcios aumentarán considerablemente”.
 
            “La dignidad, el honor y el respeto serán quebrantados, y surgirán perversidades y corrupciones de toda índole. Los inicuos usurparán los derechos de los honorables. La mentira y la falsedad prevalecerán por todos lados”.
 
            “Los ancianos dejarán de ser respetados, no habrá misericordia con los niños y las relaciones adúlteras serán cada vez más numerosas. Hombres y mujeres llegarán a mantener relaciones sexuales en público. Los seres humanos irán cubiertos con pieles de cordero, pero sus corazones serán de lobo”.
 
            “Cuando la ignominia se extienda incluso entre los ancianos, los más jóvenes de entre vosotros os dominen, la ciencia quede en manos de los peores y la hipocresía se extienda entre los mejores de vosotros, la Hora estará próxima”.
 
            “Antes de que llegue la hora, hombres y mujeres copularán a la vista de todo el mundo. No habrá nadie que vea la necesidad de decirles nada y, como mucho, el mejor de entre vosotros dirá: ‘¿Podríais apartaros un poco’”.
 
            “Llegará un tiempo en que un hombre de fe deberá disimular entre sus coetáneos con el esmero con el que disimulan hoy los hipócritas”.
 
            “Vendrá un tiempo en el que los hombres dedicarán toda su energía a llenar sus estómagos y sus bienes y propiedades supondrán su mayor dedicación. Concentrarán sus energías en sus mujeres, y el dinero será su religión. Esa generación estará compuesta por las peores criaturas de Dios”.
 
 
 
 
 
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