¡Que no, que no y que no! ¡Por muy pesadito que se ponga Vd. y todos los que están con Vd. en esta jaula de locos en la que nos quieren meter a todos! ¡El catalán no es la lengua de Cataluña! ¡El catalán es UNA de las lenguas de Cataluña!
 
            En el debate a seis que se produjo antier en TV3 en el seno de la campaña para las próximas elecciones autonómicas que se producen en dicha región española, el Sr. Montilla realizó una de esas afirmaciones que a fuerza de repetir y repetir, esperan algunos ver convertida en realidad: “El catalán es la lengua de Cataluña”. Y fíjense Vds. hasta donde puede llegar la necedad humana, que lo aseveró el Sr. Montilla después de reconocer que no era su lengua, él, que o mucho me equivoco, no es catalán ¿o es Vd. catalán, Sr. Montilla? ¡Infeliz! Capaz de negarse a sí mismo con tal de parecer “uno más” de los dichosos sometidos a la Dictadura del Pensamiento Unico.
 
            La frase “el catalán es la lengua de Cataluña” es incorrecta. Tan incorrecta como correcta la que asevera “el catalán y el castellano o español son las lenguas de los ciudadanos de Cataluña”. Porque como no me cansaré de repetir, los territorios no hablan lenguas, las hablan las personas establecidas en ellos. Perspectiva desde la cual, el español es tanto o más que el catalán la lengua de Cataluña, pues a día de hoy sigue siendo la más hablada en la entrañable región española. Y ello, aún a pesar de las muchas tropelías cometidas por los gobernantes de esa región contra sus habitantes, los sufridos catalanes, cuya capacidad de aguantar y de abstenerse de participar en el sistema, empieza a revestir tintes de admirable para cuantos la observamos desde fuera.
 
            En el mismo debate, invitó el Sr. Rivera al Sr. Mas a eliminar las sanciones que se imponen en Cataluña a los que no utilizan la lengua catalana en el modo en el que sus gobernantes han decidido que se haga. Respondió el Sr. Mas creyéndose muy ingenioso: “Entonces, eliminemos las sanciones de todas las leyes”. ¿De todas las leyes, Sr. Mas? ¿Pero qué concepto tiene Vd. de la ley, Sr. Mas? Las únicas leyes que contienen sanciones son aquéllas que imponen o castigan algo, pero las leyes, contrariamente a lo que a Vd. parece que le parece, no sirven sólo para imponer. Sirven también para crear, para estimular, para proteger, para auxiliar, para permitir, Sr. Mas, para permitir... Si la ley del catalán en Cataluña contiene sanciones, eso quiere decir que es una ley que impone algo y castiga algo. Y ya lo creo que impone: impone una lengua, el catalán. Y ya lo creo que castiga: castiga otra lengua, el castellano. Y todo ello por la sencilla, por la muy sencilla razón, de que a Vd. y a otros como Vd. les apetece. Y punto. Y cuando los gobernados tienen que hacer lo que a los gobernantes “les apetece y punto”, eso también tiene nombre, Sr. Mas: se llama totalitarismo.
 
            Menester es que empecemos a llamar a las cosas por su nombre, porque si no, vamos a acabar hablando no catalán o español, sino la lengua de los niños de tres años. Lo que, por otro lado, sí que parece constituir la aspiración de muchos más de los que sería deseable en España en general, y en Cataluña en particular.
 
 
 
 
 
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