¡Como lo oyen Vds.! ¿Acaso alguien creyó que éste iba a ser un Papa de transición? 

            Hace apenas unos minutos, algunos medios españoles, ABC, Libertad Digital, acaban de hacerse eco de la sorprendente noticia que, según indican, avanza L’Osservatore Romano. 

            Según el diario oficial del Vaticano, el Papa, en un libro que aparecerá el próximo 23 de noviembre, titulado La luz del mundo. El Papa, la iglesia y las señales del tiempo. Una conversación con el Santo Padre Benedicto XVI, escrito por su compatriota  Peter Seewald, y que según todo apunta, seguirá el viejo esquema de conversación por escrito al que tan afecto se muestra el Papa Ratzinger (Sal de la Tierra, 1996, Dios y el Mundo, 2002), habría hecho la siguiente afirmación referida al uso del preservativo:
 
            “Puede haber algunos casos justificados, por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico. Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que todo no está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere”.
 
            Se trata indiscutiblemente de una afirmación de calado por parte de un Papa al que su gran altura intelectual permite hacer afirmaciones importantísimas, a las que no todos otorgan la trascendencia que tienen, como, por ejemplo, el Discurso sobre la pederastia dirigido a los obispos irlandeses el 19 de marzo, o el Discurso sobre el laicismo pronunciado en Barcelona el pasado 7 de noviembre.
 
            El Papa se pronuncia muchas veces en el mismo libro sobre el tema. Así, en una afirmación no menos importante, aunque sin duda menos llamativa, dice que “concentrarse sólo [en el preservativo] significa trivializar la sexualidad”, y que esa trivialización hace que muchas personas no vean en la sexualidad la expresión del amor, “sino sólo una especie de droga, que se suministran a sí mismos”.
 
            En la misma línea, afirma Benedicto XVI que el uso del preservativo “no es la verdadera manera de combatir el sida, ya que es necesaria una humanización de la sexualidad”. Unas declaraciones en la línea de que las que realizara en su día, cuando afirmó que el sida “no se combate sólo con dinero, ni con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan el problema”.
 
            El libro, en el que según todo apunta, el Papa se explaya con toda libertad y sosiego realizando importantes declaraciones, no rehúye el tratamiento de temas tan controvertidos como el de los curas pederastas, el sacerdocio femenino, la droga, el islam, etc. Por lo que, sin duda, estamos ante un nuevo best-seller de un Papa que, contrariamente a lo que muchos pudieran haber pensado alguna vez, no será, ni mucho menos, de transición. Y que si algo aportará a la historia del Papado será una indiscutible altura moral e intelectual.
 
 


 
 
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